DISEÑO, CIUDADANÍA Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Tecnopolítica e Innovación social para diseñar la participación ciudadana

Diseño 9 min. de lectura

En medio de un incierto escenario político y ciudadano, ¿Cómo desde el diseño de experiencia de usuario nos hacemos cargo de las emergentes problemáticas sociales? La respuesta puede encontrarse en dos conceptos fundamentales: Tecnopolítica e innovación social.

Esquema de unión entre usuarios.

Anteriormente hablamos de cómo las urbes han cambiado su morfología a través de la historia, respondiendo a los avances tecnológicos. Así, quienes hoy las habitamos tenemos una oportunidad única de usar estas nuevas herramientas para mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades. Por su parte, conceptos como economía ciudadana y modelos de ciudades digitales comienzan a resonar y otros como tecnopolítica e innovación social se hacen presentes.

A través de ellos podemos entender nuevas formas de participación ciudadana y de cómo el diseño centrado en los ciudadanos es clave para proponer una experiencia ciudadana local y global adecuada. Desde un punto de vista holístico, podemos decir que concebimos la ciudad como un conjunto de sistemas, que deben orientarse a una vida en común mejor para todas las personas que viven en ella: sus ciudadanos. 

De esta forma, la tecnología aparece como un aliado natural para facilitar el intercambio de ideas. A lo anterior, se le suma el levantamiento de movimientos sociales y la democratización; en esta última, los medios tradicionales han fallado por años en el posicionamiento del ciudadano como el centro de las decisiones políticas, económicas y sociales.

Tecnopolítica

Actualmente, cualquier hecho captado y publicado por un medio de comunicación se difunde con rapidez gracias a la capacidad amplificadora de las redes sociales, visibilizando una crisis a escala nacional o mundial en pocas horas. En ese sentido, la conectividad móvil de banda ancha ha abierto la posibilidad de construir nuevas herramientas comunicativas y organizativas. 

Aquello cobra aún más fuerza en un contexto de pandemia y confinamiento reiterativo. Desde aquí la tecnología móvil se posiciona como un instrumento fundamental para nuestra vida en sociedad. De igual manera, los nuevos softwares, las plataformas web y aplicaciones han acelerado y sobre todo, facilitado los procesos necesarios para la recopilación de ideas, el debate, la toma de decisiones, la votación electrónica, así como la creación de medios y contenidos.

La tecnopolítica asume el reto del cambio tecnológico y la contingencia que genera respecto al poder político. También hace referencia a una etapa determinada de transición en la que estas dos aristas se entremezclan, especialmente debido a la introducción de las herramientas antes mencionadas.  

Casos como las conexiones entre WikiLeaks y la Primavera Árabe, entre 2010 y 2012; como la política a pie de calle, la acción conectiva y la participación en la iniciativa para redactar una nueva constitución en Islandia; a lo anterior, también podemos sumarle al movimiento de indignados del 15M en España, Occupy Wall Street en Estados Unidos o la revolución de los paraguas en Hong Kong; todos estos son claros ejemplos de la unión entre tecnología y política. 

En consecuencia, la tecnopolítica en la era digital estudia la relación co-constitutiva entre el poder político y los procesos democráticos formales y los movimientos extrainstitucionales, muchos de los cuales no solo están mediados, sino habilitados por las TIC.

Innovación social

Uno de los elementos más destacados del cambio de visión son los aportes que hace la denominada innovación social. Entendemos esta cómo esas “prácticas que transforman las acciones colectivas y, al mismo tiempo, refuerzan a la sociedad civil” (Monterde, s.f). Existe una importante capacidad de innovación tecnológica de la sociedad civil que se encuentra al mismo nivel, o superior, que la desarrollada en el sector corporativo o empresarial.

Además, la definición anterior se apoya junto a la que plantea Sarah A. Soule en la Stanford Graduate School of Business, la innovación social es el proceso de desarrollar y desplegar soluciones efectivas a problemas sociales y ambientales desafiantes y a menudo sistémicos en apoyo del progreso social. La innovación social no es prerrogativa ni privilegio de ninguna forma organizativa o estructura legal.

La innovación social se apoya en nuevas formas de participación política que incluyen al máximo número de actores y personas -organizadas y no organizadas con el uso inteligente de las TIC-. Además, amplía el abanico de la participación hasta la co-creación y coproducción de políticas públicas locales, en sus distintas fases de elaboración, todo mediante formas de participación híbridas entre lo presencial y lo virtual. 

Podemos entender la innovación social entonces “cómo esas prácticas que transforman las acciones colectivas y, al mismo tiempo, refuerzan a la sociedad civil” (Monterde, s.f). En ese contexto, es importante innovar socialmente a través de la tecnopolítica para la acción colectiva de los movimientos, para que estos adquieran voz y representatividad.

Representatividad de voces ciudadanas

Hoy desde la tecnopolítica e innovación social podemos contar en poco tiempo con plataformas digitales de participación ciudadana realizadas en código libre. De esta forma, se evita el monopolio de la información -y posterior reutilización- por parte de corporaciones empresariales de la tecnología. Esto nos permite garantizar un valor ciudadano añadido a la reutilización de los datos generados en la vida social.

En el concierto internacional vemos algunos ejemplos de lo que hemos planteado. Plataformas de participación como DECIDIM ayuda a ciudadanos, organizaciones e instituciones públicas a auto-organizarse democráticamente a todos los niveles. También existen otros que van en esa línea, como el caso de “vTaiwan”, un método del debate desarrollada en Taiwan tras el Movimiento de los Girasoles de 2014, constituida como una plataforma para llegar con eficacia a todos los interesados y conseguir rápidamente sobre políticas públicas.

Plataformas nacionales

Mientras que, en nuestro país plataformas como “Tenemos que hablar de Chile” son aún un intento tibio de llevar representatividad de los ciudadanos hacia esferas de poder. En este caso, y durante ocho meses se desarrollaron una serie de actividades de encuentro, mediante conversaciones digitales con la intención de explorar la mirada de los residentes con respecto al país. La idea del proyecto fue la de escuchar a todas las personas que quisieran participar; las cuales a la fecha han sido cerca de 100 mil en distintos mecanismos de participación.  

El proyecto dispone una forma innovadora de buscar opiniones a través de conversaciones remotas por videollamadas, a través de un formato “low tech” de recopilar información y de hacer partícipe a los ciudadanos, lo que la convierte en un ejemplo de innovación social. 

Sin embargo, el talón de Aquiles de esto radica en cómo luego esa información se sistematiza, presenta y se hace llegar a autoridades. En ese proceso participa el equipo de trabajo del proyecto asesorado por el consejo, lamentablemente esta es una hipótesis en el papel al tener nula información de su desarrollo.

El rol que debemos cumplir

Como diseñadores de experiencia de usuarios estamos llamados a participar en la tecnopolítica e innovación social. Nuestro trabajo por definición ha consistido en evaluar cómo las personas usan sistemas digitales. 

Conocer lo que las personas necesitan y cómo usan una tecnología u otra puede ayudar a dar pasos adelantados hacia una mejor experiencia ciudadana. Lo anterior, facilitará la manera en que los ciudadanos usarán plataformas sociales, se comunicarán y levantarán peticiones hacia las autoridades.

Hoy el diseño de servicios permite una mirada holística de lo que podemos plantear como servicios públicos. Aunque, también a niveles de gobierno abierto y servicios de participación ciudadana, a la vez que el diseño de experiencia de usuario nos permitirá construir un relato virtuoso con esos ciudadanos que ocupen nuestros servicios.

Referencias

Acerca del Autor

Rodrigo Vera - Director Experiencias de Usuario

Director UX

Diseñador Gráfico especializado en Diseño UX con el interés de desarrollar experiencias memorables en la interacción de las personas con productos y servicios. Me intereso en el diseño de interacción más allá de la plataforma digital y de cómo puede proporcionar mejores experiencias en espacios públicos y hacer cambios reales en las vidas de las personas.

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