Diseño, ciudadanía y políticas públicas

Economía ciudadana y modelos de ciudades digitales

Diseño 6 min. de lectura

Las urbes han cambiado su morfología a través de la historia, respondiendo así a los avances tecnológicos. Hoy quienes las habitamos tenemos una oportunidad inmejorable de usar la tecnología para mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades.

Tablet con símbolo de dinero en su parte superior y dentro del dispositivo se observa un plano de una ciudad.

Como menciona Sunyer Tacher (2019), la vinculación con las ciudades está tan estrechamente asociada al desarrollo humano que puede afirmarse que la evolución de la humanidad es, esencialmente, un fenómeno ciudadano. Según el mismo autor, desde la democracia griega el desarrollo y profundización de la misma no ha consistido en otra cosa que tratar de ampliar ese estrecho círculo de personas que sí podían participar en las decisiones políticas.

En la actualidad existe un amplio espectro político que coincide en la necesidad de profundizar en una democracia de las responsabilidades, donde los ciudadanos deben poder expresar directamente respuestas concretas a sus propias necesidades. Aparece entonces el concepto de “economía ciudadana” como una forma de tangibilizar la articulación entre esfuerzos privados, públicos e individuales de las personas. Este concepto no se relaciona netamente con la economía de una urbe, sino que también es una vinculada a los derechos ciudadanos.

Economía ciudadana

Esta idea pretende buscar el equilibrio entre libertad e igualdad de un modo real. ¿Cómo se logra? Tratando de crear las condiciones para que todos los ciudadanos tengan  ciertas condiciones de igualdad y, en paralelo, propiciar los espacios y flexibilidades necesarios para que la libertad ciudadana; ya sea individual o colectiva, con su iniciativa y su creatividad, pueda manifestarse sin restricciones.

Una economía de este tipo fomentará igualmente un desarrollo lo más distribuido posible. Lo anterior, se produce mediante incontables ciudadanos productores capaces de ser autónomos y libres, quienes a su vez, generan ingresos a través de sus propios recursos aprovechando para ello, por ejemplo, todas las potencialidades que ofrece hoy en día la tecnología digital.

Ciudades digitales

Mencionamos la economía ciudadana como una manera de responder al modelo económico imperante -de libre mercado-, el que también ha puesto en evidencia que el mundo en el que vivimos, está en crisis. Ese modelo y los cambios tecnológicos han implicado en la manera en que vivimos en nuestras ciudades. Aquellas, impulsados en su mayoría por los sectores que buscan un provecho económico de ese cambio tecnológico en la urbe; lo cual va desde inmobiliarias hasta concesionarios de autopistas.

En ese contexto, debemos considerar que la tecnología ha provocado -constantemente- cambios en la morfología de nuestras ciudades. Pero no es sólo la aparición del avance tecnológico por sí mismo, sino que, depende también de una intención pública o privada a su éxito. En ese sentido, por ejemplo, el ascensor o el automóvil cambiaron la densidad de nuestras ciudades (De Vicente, 2017), tal y como lo conversamos hace un tiempo en nuestros Martes son de UX con Jorge Arango.

Hoy existen dos visiones acerca de cómo debemos adaptarnos a los cambios que han vivido nuestras ciudades. Además, debemos buscar cómo solucionar las problemáticas, sociales, económicas y éticas. Por un lado, está el modelo de ciudad inteligente (llamada también Smart City) y por el otro, el modelo de la ciudad colaborativa (llamada también co-city).

Funcionamientos de los modelos

Ambos modelos incorporan la tecnología como parte fundamental en la forma de articularse, pero de maneras diferentes. Según Belil (2020), la diferencia entre una Smart City y una ciudad conectada/colaborativa, es que la primera es un bloque estático de Big Data; mientras la segunda, se trata de un organismo consciente de cómo utilizar esa información.

En modelos de ciudad colaborativa, existe una redistribución del poder, horizontalidad en la solución de problemas y re-adopción del espacio público a través de movimientos ciudadanos. En ese sentido, el rol de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es el de ser parte importante de la articulación de estos movimientos, pero no el factor más importante ni el principal. Por otra parte, en modelos de Smart Cities se promueve el uso de las TIC para mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad de las ciudades.

Las ciudades se enfrentan hoy a una serie de desafíos centrados en el bienestar de la ciudadanía. Si bien, hay detractores y promotores de ambos modelos, pero en el papel y según mi punto de vista, el escenario de innovación ideal para dominar la ciudad futura es el modelo colaborativo (co-city). Sin embargo, estamos frente a una posibilidad única de conjugar un modelo mixto.

El camino correcto

Debemos fomentar la inteligencia de datos en nuestras ciudades. Aunque, esto no debe ser de ninguna manera sólo de uso centralizado (vertical) de la gobernanza y empresariado de turno. Es ahí donde la ciudad colaborativa se vuelve relevante como complemento a esa “data city” ya que esta forma de articular el pensar la ciudad devuelve el protagonismo a los ciudadanos. 

En ese sentido tomamos la tecnología como un medio para la articulación ciudadana y no como una guía para tomar decisiones. Debemos ser capaces de usar esos bloques de Big Data siendo capaces de crear organismos conscientes de cómo utilizar esa información en múltiples niveles de relación ciudadana, tanto a nivel de gobiernos centralizados como de la misma ciudadanía, permitiendo articular una mejor experiencia ciudadana.

Referencias

Belil, Mireia (2020). La digitalización de la ciudad

Corsín Jiménez, A. (2019, 23 octubre). Liderando los derechos urbanos digitales. EL PAÍS

Sunyer Tacher, R. (2017). El reto de una ciudadanía económica y una economía ciudadana 

Sunyer Tacher, R. (2019). La economía de las ciudades en la era de la globalización 

Acerca del Autor

Rodrigo Vera - Director Experiencias de Usuario

Director UX

Diseñador Gráfico especializado en Diseño UX con el interés de desarrollar experiencias memorables en la interacción de las personas con productos y servicios. Me intereso en el diseño de interacción más allá de la plataforma digital y de cómo puede proporcionar mejores experiencias en espacios públicos y hacer cambios reales en las vidas de las personas.

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