UX Research

Diseñar experiencias desde el juego: La importancia de trabajar en lo digital desde la mirada de niñas, niños y jóvenes

Estrategia digital 8 min. de lectura

Quiénes trabajamos investigando a usuarios e interactuando con ellos en las primeras etapas de los proyectos, sabemos que pensar fuera de las dinámicas adultas no es común. ¿Qué podemos hacer para volver las conversaciones con la infancia un territorio común en nuestro quehacer?

Investigación de usuarios: niños, niñas y jóvenes.

Desde marzo de este año hemos trabajado junto a un programa gubernamental que promueve la utilización de metodologías artísticas en conjunto con los aprendizajes troncales en las aulas de jardines, escuelas y liceos. Beneficiando así a miles de niñas, niños y jóvenes en gran parte del territorio nacional.

Quienes tienen acceso a este programa son las y los estudiantes pertenecientes a escuelas con un índice de vulnerabilidad mayor al 80%; el programa, busca que el grupo mencionado, aprenda a comunicar sus emociones, historia y entorno a través del arte.

La labor de investigación, en especial en proyectos como este, debe dejarnos siempre la máxima que, como adultos, somos garantes de los derechos de niños, niñas y jóvenes. 

Esta responsabilidad –que para muchos se podría llegar a sentir como un peso gigante en los hombros– nos separa de las mismas experiencias que tuvimos quienes somos adultos hoy. La infancia y adultos con los que yo crecí, es muy distinta a la que este grupo vivirá en términos de cultura, sociedad e historia. 

Una mirada histórica de la infancia

Si lo ponemos en perspectiva, la Convención de los Derechos del Niño y la Niña es un punto histórico reciente en el devenir humano. Debemos recordar que se firmó un 20 de noviembre de 1989, es decir, hace tan solo 32 años. 

La vida de quienes vinieron antes de este acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) era aún peor de cómo nos la podríamos imaginar. Solamente hace 89 años un clip celebraba el trabajo de un barredor de chimeneas de tan sólo tres años de edad. 

Lamentablemente, a pesar de los grandes avances que la ONU ha realizado, millones de niños aún sufren violaciones sistemáticas a sus derechos, siendo forzados a dejar el sistema escolar, a trabajar sin su consentimiento, siendo obligados a casarse antes de edades legales, reclutados por bandos militares o incluso, a cumplir sentencias en prisiones adultas

Lo anterior, puede parecer lejano, pero como ya dijimos al principio del artículo, es nuestra labor como adultos evitar que esto pase; y no solamente dentro de emergencias sociales que ya escapan de nuestra agencia personal. Si queremos evitar que situaciones así ocurran en el futuro, el trabajo de prevención debe comenzar desde los colectivos de los que somos parte. Por ejemplo, nuestros trabajos, organizaciones o grupos territoriales.

Hacer que la voz de niños, niñas y jóvenes sea escuchada es un ejercicio político que no debemos tomar a la ligera o en vano. Parte de nuestro trabajo es asegurarnos que las experiencias e intereses de todos las personas usuarias sean escuchadas, respetadas y tomadas en consideración. 

Incluso si la plataforma no les está considerando como usuarios directos, cualquier materia en la que niños, niñas y jóvenes puedan verse afectados directa o colateralmente, es un factor que debemos levantar dentro del UX Research.

¿Y qué podemos hacer al respecto?

En primer lugar, no debemos suponer que el trabajo con niños, niñas y jóvenes es un desafío, a pesar de que nuestra percepción del mundo sea adultocentrista. Sin embargo, eso no debería hacer que desde que cruzamos el umbral de la mayoría de edad, todo lo que vivimos antes de eso, se vuelva indescifrable o una experiencia lejana. Nosotros ya hemos pisado el territorio de la infancia y lo hemos visitado varias veces en la etapa adulta.

Y a la vez vivimos en una dicotomía. Para muchos, pisar el territorio de la infancia puede ser doloroso, y no se puede quitar solamente con la imposición de ‘el tiempo ya pasó’. Así como Resmaa Menakem plantea en My Grandmother’s Hands: Racialized Trauma and the Pathway to Mending Our Hearts and Bodies (2017); debemos tener la capacidad de transformar nuestro dolor en nuevos caminos para quienes vienen y, lo más importante, en oportunidades para que ninguna persona deba pasar por lo mismo que nos tocó a nosotros.

En lo práctico, para nuestro equipo trabajar con niños, niñas y jóvenes en este proyecto significó volver a las raíces de la investigación. La sala de clases, metodologías aplicadas y focus group enfocados en conocer el servicio. Así como, la opinión que tienen estos grupos al respecto y la importancia del arte en la vida de estudiantes en un liceo de Valparaíso. 

Esto implica un ejercicio importante. Pensar el servicio y las metodologías que vamos a utilizar desde diversas miradas y todas las manos que lo puedan necesitar. No solamente desde lo que exponentes de la UX nos puedan decir, sino también, lo que expertos en educación y en infancias han recopilado hasta ahora.

¿Cómo podemos diseñar desde el juego?

Para quienes investigamos, la empatía debería ser un territorio que no solo visitamos en ocasiones en la ejecución de un proyecto. Más bien, debe ser algo a lo que recurrimos muchas veces al día. Lo interesante de visitar este territorio es que no solamente es político. La empatía está situada en un lugar personal y es muy difícil salir de nuestras concepciones auto-empáticas cuando investigamos desde el escritorio –¿me hubiese gustado este servicio a los 12 años?–.

Pero es cierto que el territorio de la auto-empatía sólo nos ayuda hasta un cierto punto en el camino de la investigación. Por lo que, tendremos que recurrir a la construcción de comunidad –y eventualmente a salir del escritorio– para conocer realmente las distintas maneras en que el afuera está desarrollando el habitus y, con eso, la cultura.

UX Research para niños, niñas y jóvenes

A la hora de hacer investigaciones con niños, niñas y jóvenes en primer lugar tenemos que tener en claro algo que ya está escrito en esta frase: hacemos investigaciones con ellas y ellos, no sobre un segmento etario.

Si bien nuestra experiencia auto-empática es necesaria para alcanzar una buen rapport con nuestros sujetos de investigación; un proceso más importante tiene que llevarse a cabo en términos de la recolección de datos y experiencias del segmento que queremos investigar.

Lo anterior, significa que todas las veces que investiguemos a un usuario que es poco común dentro de nuestro quehacer, no debemos quedarnos con la experiencia de la última vez que lo hicimos. Asimismo, tampoco debemos pensar que nuestra experiencia vivida puede suplir una investigación y el trabajo de campo más profundo. Si me basara en mi propia experiencia, estaría trabajando sobre aquella que ya no existe.

El enfoque de la investigación

Estas experiencias, basadas en colaboraciones y creación de comunidad entre los y las investigadores y niños, niñas y adolescentes, deben ser hechas a partir de experiencias y conocimientos mutuos. Aquí, nuestro rol de expertos no debe resonar en las actividades.

Más bien, quiénes tienen el escenario y micrófono para hablar de lo que les importa son los y las participantes del ejercicio. Dicho de otra manera, los sujetos de investigación son la clave de este proceso. 

Establecer esta empatía comunitaria, que abre a un intercambio generacional y de prioridades, nos dará nuevas pistas y perspectivas sobre hacia dónde debemos apuntar la investigación que estamos realizando.  Además, nos entregará un análisis más rico de los que podríamos llegar desde una perspectiva adultocéntrica.

Acerca del Autor

Rocío Camus - UX Researcher

Antropóloga que tiene por eje la investigación cualitativa y la comprensión de los fenómenos que afectan a las personas de manera cotidiana. Metódica y curiosa en la búsqueda y combinación de procesos y herramientas, busca comprender cómo se mueve, qué hace y qué motiva a los usuarios, para poder entregar insights de valor al proceso de diseño de experiencia.

Agregar un comentario