Día Internacional de la Mujer

¿Cómo diseñamos espacios digitales seguros para las mujeres?

Experiencia de Usuario 7 min. de lectura

Día a día, millones de niñas, adolescentes y mujeres viven sin acceso a la tecnología, mientras que las que podemos acceder, convivimos con la posibilidad de ser víctimas de violencia digital. ¿Cómo avanzar hacia espacios seguros para las mujeres también en entornos digitales?

Cuando ejecutamos procesos de diseño de experiencia, desde la etapa de Research hasta la puesta en producción de un producto o servicio digital, no siempre nos preguntamos quiénes son las mujeres que lo utilizarán. A veces, parece obvio que estamos diseñando para hombres, mujeres, personas no binarias, pero ¿estamos realmente pensando en esa diversidad al momento de realizar un proceso de diseño?

Recuerdo hace algunos años, cuando tuvimos que presentar el análisis de adopción de la transformación digital en una gran empresa. Uno de los principales “hallazgos” (luego explicaré las comillas), era que las mujeres se sentían subrepresentadas en los niveles de poder. Esto determinaba que muchas tenían la convicción que no podrían ascender más allá de una jefatura intermedia y un número importante, sabía que tendría que cambiarse de trabajo para poder seguir ascendiendo.

¿Por qué “hallazgos” entre comillas? Porque ese resultado se autoexplicó cuando presentamos – dos mujeres – frente a la plana gerencial de esta empresa en la que sólo habían hombres. Cuando planteamos la brecha de género y todo lo que eso conlleva, como un factor crítico en el proceso de transformación digital, los gerentes se rieron nerviosos. No pudimos evitar decirles con mi compañera que la reunión en la que estábamos era la prueba vívida de lo que planteamos.

Más allá de la anécdota y de las respuestas de buena crianza que recibimos, siempre me quedó la duda de por qué los hombres no logran ver sus espacios de privilegio. Ha pasado el tiempo y sigo sin saber qué pasa inadvertido para ellos, que siempre están pensando y creando desde un masculino genérico.

Tecnología para mujeres

Cifras a nivel mundial indican que mientras el 62% de hombres accede a internet, sólo un 57% de mujeres podemos hacerlo. Pero, son sólo 5 puntos porcentuales de diferencia –dirán algunos–, no es tanto, sin embargo, hay también una diferencia cualitativa que tiene que ver con la conectividad significativa a la que las personas pueden acceder.
En el caso de las mujeres, esto se refleja en que no sólo no tenemos las condiciones contextuales adecuadas, sino que también, al acceder a las nuevas tecnologías, estas se transforman en una extensión de las labores de cuidado.

En este contexto, se genera una discriminación en términos culturales, no solo porque somos las principales cuidadoras en las distintas familias, sino también porque los algoritmos digitales nos muestran información con sesgo patriarcal: contenidos vinculados a la maternidad, la belleza y otros temas estereotípicos de género. A los hombres, en tanto, les muestran contenido de noticias, automóviles, deportes, entre otros.

Además de la brecha de género -distancia entre hombres y mujeres frente a distintos indicadores-, también nos encontramos con barreras de acceso basadas en género. Estas barreras se traducen en los obstáculos o limitaciones que enfrentamos porque, por ejemplo, debemos compatibilizar tareas domésticas con la carga laboral o poder adquisitivo para comprar dispositivos óptimos para la participación digital.

Más allá de la concepción clásica de “mujeres en el espacio privado, hombres en el espacio público”, las barreras de acceso determinan también cómo se hace posible nuestra participación en el espacio digital. Por ejemplo, no ser consideradas expertas que participan de lo público por ser mujeres, ser víctimas de violencia o acoso digital por ser mujeres. Y así, suma y sigue.

Una internet segura para las mujeres

La privacidad de los datos y su resguardo debe ser clave en la manera que diseñamos soluciones digitales. ¿Estamos pensando la tecnología para proteger a las niñas y mujeres del acoso que viven a diario? ¿Cuáles son los protocolos que nos permiten denunciar adecuadamente y sin revictimización la violencia en línea?

Según cifras de ONU Mujeres, 1 de cada 10 mujeres de la Unión Europea ha experimentado ciberacoso desde los 15 años. En Estados Unidos, en tanto, 2 de cada 10 mujeres entre 18 y 29 años han sido víctimas de acoso sexual en línea y 1 de cada 2 ha recibido imágenes explícitas con connotación sexual enviadas por un hombre.

A partir de estas cifras y viendo cómo las plataformas sociales, principalmente, tienen protocolos laxos para denunciar, cuesta pensar que la situación cambiará en el corto plazo. En este punto seguimos estando al debe. Necesitamos una internet más segura, que nos permita expresarnos como mujeres y disidencias sin riesgos, sin peligros. Llevamos años de discursos de odio amplificados por internet, pero con marcos regulatorios débiles y que vulneran nuestros derechos. Ese es el problema que nos desafía hoy.

Deja atrás tu sesgo de género

Ser diseñadores o diseñadoras de experiencia debería invitarnos a desaprender nuestros propios sesgos. Podría ser un camino eficiente, pero no menos difícil, para ir ampliando la mirada en los distintos procesos.

Por eso es necesario, también, sacar los sesgos de género. Mientras los hombres sigan siendo hegemónicos, será muy complejo sacar el rasgo sexista y los estereotipos patriarcales. En ese contexto, cuestiones como la inteligencia artificial, por ejemplo, podrían transformarse en repetidoras de patrones machistas que sólo profundizará la brecha.

¿Qué estamos haciendo cómo industria para visibilizar y fortalecer la participación de las mujeres y disidencias en su rol como personas usuarias de los servicios que diseñamos? ¿Cuán identificados tenemos los sesgos de género en nuestras investigaciones? ¿Cuán capaces somos de reflejar contextos y experiencias de otras y otres en la sistematización de la información?

Lamentablemente, tengo más preguntas que respuestas, porque miro alrededor y no siempre emerge la conciencia política de nuestro rol como diseñadores de experiencia. Es un camino largo, está claro, pero se requiere también del compromiso de involucrar la perspectiva de género en nuestro quehacer.

​​”Tal vez las mujeres no seamos buenas para la lucha física, pero sin duda sobresalimos en el manejo del teclado. Deberíamos entender la red como la escuela de la vida a la que muchas de nosotras no fuimos nunca, exponernos y sacarnos el miedo a no ser lo bastante simpáticas, lo bastante educadas, lo bastante fuertes, lo bastante lindas, lo bastante inteligentes o lo bastante lo que sea”.
Jude Milhon

Acerca del Autor

Andrea Zamora - Directora General

Directora General

Lidero el trabajo de una de las consultoras en diseño de experiencia más importantes de Chile. Con nuestro equipo entendemos cómo comunicar y posicionar productos y servicios, generando experiencias deseables en los usuarios finales. Nos desafía que logren pasar de la conversación a la conversión, a través del diálogo de las marcas e instituciones, con los usuarios que las consumen y requieren.

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