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Diseño de futuros en tiempos de agilidad

Diseño 13 min. de lectura

Uno de los principales desafíos que nos presenta la agilidad es la necesidad de anticiparse a la incertidumbre y los escenarios cambiantes. Para estos casos, el Diseño de futuros nos puede ayudar a proyectar y alcanzar nuestros objetivos con mayor éxito.

El mundo empresarial, del diseño y los productos digitales principalmente, ha malentendido la agilidad; igualando el concepto a la rapidez. Cuando hablamos de una organización con gestión ágil, estamos haciendo referencia a una empresa donde los involucrados en el proceso suelen participar de todas las etapas del mismo, de manera más informal, dinámica y menos rígida, permitiendo avances de proyectos sin esperar largos periodos de tiempo para ver la luz, cómo lo sería en el modelo waterfall (o cascada). En este sentido, el diseño de futuros aparece como una opción que nos permite anticiparnos a la incertidumbre que nos entrega el contexto global, pero ¿en qué consiste esta metodología? Para explicarlo con claridad debemos partir definiendo a la agilidad. 

Una organización ágil debería imponer un orden en los procesos que también implica mejoras en el tiempo: Equipos que trabajan coordinados y se dirigen hacia la misma dirección, a un ritmo firme y estable. Por el contrario, el concepto de rapidez que proviene de la velocidad, o “la prisa” por llegar a resultados para lograr un objetivo, puede terminar en desorden y una baja probabilidad de obtener resultados exitosos.

Agilidad y diseño

En ese contexto conviene hacerse la pregunta, ¿cuál es el impacto del diseño en una organización ágil? Hemos comentado en otros artículos que ​​el diseño​ se define como el proceso previo, de configuración mental o “prefiguración”, en la búsqueda de una solución en cualquier ámbito. El diseño involucra variadas dimensiones que van más allá del aspecto, la forma y el color, abarcando también la función de un objeto y su interacción con el usuario. 

Entonces el diseño como una disciplina proyectual, debe permitir anticiparnos, traer un futuro al presente más que reaccionar en esa idea de “rapidez”, que las mal llamadas organizaciones ágiles hoy esperan que sea el aporte del diseño. ¿Qué significa traer futuro a presente? Hace un tiempo conversábamos con nuestro amigo Eduardo Mercovich, sobre cómo el trabajo de un diseñador al proyectar y anticiparnos a un hecho, o simplemente dar solución a un problema, es traer el futuro al presente. 

A raíz de esto, es necesario precisar que no existe un solo futuro, sino que existen múltiples escenarios futuros. Entonces ¿qué podemos hacer? ¿por qué siempre hablamos de anticiparnos al futuro o de estar listos si este no existe? En un sentido filosófico, los futuros no se pueden diseñar. Como dijo Doctor Strange, existen miles de futuros que podrían existir, todo depende de las millones de elecciones que tomamos cada día; sin embargo, lo que podemos hacer es observar las señales que ocurren en el presente y construir los escenarios para las historias del mañana.

Diseño especulativo, diseño de futuros

El diseño especulativo es una aproximación al diseño, que busca plantear preguntas en lugar de encontrar soluciones. Se centra principalmente en plantear interrogantes y crear escenarios futuros que provoquen debate, reflexión y pensamiento crítico en torno al impacto de las cosas en la vida de las personas.

El diseño especulativo aborda la generación de escenarios futuros a partir de la pregunta “¿Qué pasaría si…?”. Para generar preguntas de este tipo, la disciplina toma prestadas algunas perspectivas ya trabajadas en otros campos especulativos; aquí encontramos a los mundos ficticios, las utopías/distopías, las reducciones al absurdo, la ficción especulativa o la ciencia ficción.

Actualmente, junto al término diseño especulativo aparecen otros conceptos que, aunque con significados e implicaciones distintos, a menudo se utilizan de manera sinónima, como por ejemplo diseño crítico (critical design), diseño de ficciones (design fiction) o diseño de futuros (design futures).

Tipos de futuros

El diseño especulativo se basa en los estudios de futuros para diferenciar cuatro tipos de futuros potenciales alternativos (Voros, 2003), expresados en el diagrama The Futures Cone:

Futuros posibles

Son todos los futuros que podemos imaginar, cualquier futuro que pudiera darse. Estos futuros pueden implicar conocimiento que todavía no tenemos, como por ejemplo, la tecnología necesaria para el teletransportarnos.

Futuros plausibles

Son todos los futuros que pensamos que sí son posibles. Estos futuros suceden de acuerdo con el conocimiento actual (en contraposición al conocimiento futuro). Al ser futuros que son posibles de suceder, lo más probable es que tengan nuestra aceptación, tanto si nos gustan como si no.

Futuros probables

Son aquellos futuros que «seguramente sucederán», es decir, aquellos en los que existe la probabilidad de que sí ocurran. Son futuros que acaban siendo una extensión lineal del presente. Un escenario probable sería, por ejemplo, prepararnos para nuevas vacunas dadas nuevas cepas de Covid-19.

Futuros preferibles

Estos futuros, a diferencia de los anteriores, que se basan en elementos relacionados con la información y el conocimiento, son aquellos que queremos que sucedan. Son futuros de carácter más subjetivo y emocional y, en consecuencia, dependen también de la situación en el tiempo. Al ser futuros deseados, trabajamos activamente en crear el conocimiento necesario para que sucedan. Un plan comercial o económico de una compañía, por ejemplo, podría contarse como un futuro preferible.

The Futures Cone (Design Toolkit UOC)

The Futures Cone (Design Toolkit UOC)

Generalmente cuando hablamos de diseño futuro, se suele utilizar la imagen de los dos conos que incluyen un futuro posible, otro preferible y un amplio margen de posibilidades asociadas. Este esquema enfatiza la visión lineal del tiempo y las decisiones humanas, incluidas las empresariales, como un posicionamiento en un proyecto hacia delante. La idea es aceptar un mundo cambiante y complejo. En este sentido, nos permite comunicar los planes, construir y materializar esos posibles escenarios.

Metodologías que miran el futuro

Existen metodologías de diseño de futuros que están enfocadas en poder crear reflexiones y transformaciones sobre los acontecimientos que suceden en el presente y sobre los que vendrán a suceder más adelante, ya sea dentro de meses o años. 

Estas ayudan a prepararnos para lo que no pensamos, para lo que parece oculto y para lo que en algún momento puede aparecer. Es una forma de invitar a cada persona, a que se imagine dentro del mundo cambiante y contradictorio en el que vivimos, como una parte activa de los cambios que en él suceden.

Muchos teóricos, especialmente a partir de los años 70’s, han estudiado la prospectiva estratégica y la innovación, ambas disciplinas vinculadas al diseño de futuros. Pero las leyes que se manejan como herramientas metodológicas se le atribuyen a Jim Dator, profesor y director del Centro de Investigación de Hawaii para Estudios de Futuros en el departamento de ciencias políticas de la Universidad de Hawaii en Manoa.

“Cualquier declaración útil sobre el futuro debería parecer ridícula”.

– Jim Dator

Si bien el futuro no puede ser predicho porque el futuro no existe. Según Dator, algunas “imágenes de futuro” son compartidas o debatidas por la población y pueden servir para tomar decisiones en el presente. 

Aclara que, además:

  • Los futuros alternativos pueden y deben ser pronosticados.
  • Los futuros preferidos pueden y deben preverse, inventarse, implementarse, evaluarse continuamente, revisarse y volver a preverse.
  • Los diseños de futuro deben anteceder, para luego vincularse a la planificación estratégica y, finalmente, a la administración.

Lo que debes saber acerca del diseño de futuros

La idea es delinear políticas a largo plazo, que se anticipen a posibles imprevistos en el sector. La metodología se basa en tres ejes, según Enrique Cortés Funes, autor del libro “Diseño de futuros para transformar el presente”:

  • Desconfiar de los gurúes del futuro.
  • No caer en tendencias que son fotos del pasado.
  • Ser precavidos con la coyuntura: su inestabilidad puede hacer que te precipites.

Las metodologías de diseño de futuros analizan y colaboran con la capacidad que tenemos las personas -y las organizaciones- para ser más ágiles y adaptarnos a los cambios. En ese contexto, la educación puede ser una gran aliada para desarrollar estas y otras competencias que colaboran en nuestra preparación y generando personas flexibles, que comprenden que vivimos en escenarios inciertos y que visualizan más allá del presente. 

Mirar hacia el futuro permite crear planes y tratar de conocer lo que podemos encontrar más adelante. En definitiva, las cuestiones que analiza el diseño de futuros tienen mucho que ver con la capacidad de las compañías de ser ágiles. 

Nicolas Weidinger comentó en un blog del Institute for the Future que “el diseño de futuros es el nuevo Design Thinking”, y si bien ambos conceptos podrían tener algunas similitudes, el diseño de futuros tiene un foco más sistémico, de más largo plazo (y escala), y más complejo que una metodología de Design Thinking tradicional.

Preparados para un mundo cambiante

Vivimos en un mundo cambiante y complejo, en el que el futuro siempre se presenta como incierto. Sin embargo, existen formas que nos ayudan a visualizar posibles escenarios que aún no conocemos. Siendo el diseño una de aquellas.

Según Repetto y Cortés Funes (2020) autores de “Diseño de futuros para transformar el presente”, el futuro no es algo que nos sucede en forma irremediable, sino que es una construcción que nos convoca a ser protagonistas proactivos de nuestra propia historia. La acción es parte necesaria e indisoluble del pensamiento estratégico y la proyección a futuro.

Un buen diseño es aquel que no deja situaciones al azar. Para esto, se deben ejecutar una serie de procesos que nos ayudarán a alcanzar nuestras metas y satisfacer las necesidades de las personas. Para lograr que el diseño agregue valor al desarrollo de un proyecto, este debe ser metódico y permitirnos alcanzar una mirada sobre lo que puede venir, debería venir o está por venir. 

Debemos ser responsables y reconocer que no sabemos lo que vamos a necesitar en el futuro como compañía, ya que no poseemos una bola de cristal, pero si podemos explicar que el diseño de futuros ofrece herramientas necesarias para ayudar a entender más y mejor ese futuro.

En un mundo “agilizado”, el anticiparnos y dejar de reaccionar a la rapidez que pretende una empresa se vuelve sumamente necesario para poder impactar de forma adecuada desde el diseño en el negocio. El diseño de futuros se trata justamente de eso: de crear herramientas que permitan lidiar mejor con las incertidumbres y, al mismo tiempo, tratar de imaginar cómo será lo que está por venir. 

Solo cuando hayamos analizado y comprendido mejor el contexto en el que estará nuestra compañía e industria en los próximos años, nos será posible ofrecer ideas más informadas y comenzar así a planificar de forma más estratégica y ágil.

 

Referencias

Agilidad o velocidad: una diferencia fundamental para tu empresa – Drew

Agilidad versus rapidez – Los martes son de UX

Diseño de futuros para transformar el presente – Universidad Nacional de Rafaela

Diseño especulativo – Universitat Oberta de Catalunya 

El diseño de futuros – Utel Blog

La importancia de diseñar futuros deseables – rrebrand 

¿Skills for the Future?: Diseño de Futuros y Agilidad Estratégica – HR Connect 

Acerca del Autor

Rodrigo Vera - Director Experiencias de Usuario

Director UX

Diseñador Gráfico especializado en Diseño UX con el interés de desarrollar experiencias memorables en la interacción de las personas con productos y servicios. Me intereso en el diseño de interacción más allá de la plataforma digital y de cómo puede proporcionar mejores experiencias en espacios públicos y hacer cambios reales en las vidas de las personas.

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