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Notificaciones en un mundo hiperconectado: cómo no hostigar al usuario

Muchos recordamos el cuento de Pedrito y el lobo, y con las notificaciones push parece estar pasando lo mismo: se convirtieron en tantas que ya no les damos la misma importancia.

Del “Tienes un e-mail” al “a alguien le gustó tu contenido”

En un principio, este tipo de avisos estaban conectados a los servicios de correo electrónico. Era útil tener una notificación de cada correo que llegara, sobre todo si estabas en una empresa donde se valorara la rapidez de respuesta.

Así, los teléfonos inteligentes y las redes sociales aumentaron la cantidad de notificaciones hasta casi llegar a abrumar a los usuarios, por lo que se les dejó de prestar atención, hasta que a los desarrolladores se les ocurrieron otras formas de aumentar el tráfico.

Armando comunidades por los “likes”

Ya que las notificaciones tradicionales dejaron de llamar la atención, se cambió la estrategia al adaptar los contenidos que se presentan a cada usuario a través de los “likes” que dieran y recibieran el usuario, pero también su entorno. Eso permitió aumentar el nivel de engagement en el corto plazo, pero las personas empezaron a perder el control de lo que veían.

¿Cuándo las notificaciones se convierten en invasivas?

Estudios recientes indican que los usuarios encuentran menos invasivas las notificaciones cuando se les envía de acuerdo a sus intereses, de preferencia fijados por los usuarios, pero que también pueden ser desencadenados por elementos geográficos, compras o análisis de las experiencias de los usuarios.

Lo paradójico es que, a pesar de los resultados de esa encuesta, si los usuarios empezaran a recibir notificaciones a través de esas variables, un 58% se sentiría “nervioso, acosado o molesto”, por lo que se debe planificar con cuidado la estrategia de remarketing, para acompañar al cliente y que no sea algo molesto.

¿Qué hacer para no hostigar?

En concreto, la idea es usar la experiencia del usuario  y aprovecharla, pues esta poderosa herramienta puede construir una relación con las marcas que vayan más allá de una simple venta, y que debe formar parte de toda estrategia digital actual.