Gestión organizacional

Cómo incorporar y confiar en herramientas de Inteligencia Artificial dentro de las organizaciones

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Los usos de la Inteligencia Artificial han penetrado en las organizaciones. Su precisión en la administración de procesos, ha ayudado a gestionar mejor tareas administrativas. Sin embargo, utilizarlos diariamente supone un nuevo desafío: Aprender a identificar cuándo utilizarlos y cómo confiar en ellos.

Durante el último tiempo, hablar de la Inteligencia Artificial y sus múltiples usos se ha convertido en algo recurrente. Especialmente cuando nos referimos a desarrollos tecnológicos que desafían nuestro conocimiento y acercamiento a la realidad, como los deepfakes, por ejemplo.

Sin embargo las aplicaciones de la IA aún parecen ser un universo ilimitado de posibilidades, las que se adaptan para ofrecer soluciones tanto a organizaciones como a usuarios en todo el mundo.

Cómo usar la Inteligencia Artificial en la toma de decisiones

Normalmente, a la hora de involucrarnos en un proceso de toma de decisiones, nos preocupamos de contar con los hechos a evaluar y/o ponderar; para finalmente elegir de acuerdo a nuestro criterio y nuestra percepción. Es lo que comúnmente conocemos como nuestros instintos o lo que nos dicta la intuición sobre lo que es la mejor opción.

¿Pero qué pasa cuando la toma de decisiones se la dejamos a una Inteligencia Artificial? ¿Somos capaces de confiar en el resultado que nos entregan las máquinas?

De acuerdo a la psicología, la confianza que depositamos en otros depende de las habilidades sociales que poseen los demás (es decir, es una respuesta absolutamente humana), y lamentablemente, hasta el momento, la Inteligencia Artificial no tiene la capacidad de interpretar las emociones y deseos humanos.

Frente a este dilema, un grupo de investigadores se propuso testear a 136 personas, frente a un escenario hipotético de trabajo colaborativo con una contraparte desconocida, del cual sólo se entregaba un índice de confiabilidad.

A los participantes se les explica que este índice se puede determinar a través de un algoritmo o una conversación de 15 minutos. Ante este escenario, el 61% de las personas incluidas en el estudio prefirió el uso de la Inteligencia Artificial por sobre el recurso de la conversación. Esto, ya que se considera que el algoritmo es más racional y entrega hechos y datos concretos que facilitan la toma de decisiones.

Aplicaciones de la IA en el entorno organizacional

De acuerdo a los investigadores, este experimento nos permite alcanzar una serie de conclusiones y aplicaciones prácticas dentro del trabajo de las organizaciones. Por ejemplo:

Permite agilizar flujos de trabajo

En muchas organizaciones, y especialmente en contextos de agilidad, el desarrollo de los proyectos requiere que los integrantes de cada equipo confíen entre sí, aún cuando pueden no conocerse entre ellos. Como este es un proceso que toma tiempo, la IA facilita el proceso entregando información concreta sobre las capacidades y experiencias de los demás.

 

Entrega valor a las habilidades humanas

Aunque hoy está en alza la aplicación de soluciones basadas en Machine Learning y en Inteligencia Artificial, las cualidades que tenemos las personas a la hora de tomar decisiones, tales como evaluar la empatía, los contextos y sentimientos, entre otros; no pueden eliminarse ni quedar supeditados al entrenamiento de las máquinas. Somos un activo de valor que no se puede reemplazar con facilidad.

 

Debemos aprender a trabajar con estas soluciones

Confiar en la información que nos entregan los algoritmos requiere que aquellos que están a cargo de la toma de decisiones sean capaces de discriminar los momentos en los que se puede confiar completamente en las máquinas o no.

Desafíos entre el trabajo humano y automatizado

En la misma investigación antes mencionada, se comprobó que existe una aversión hacia el uso de algoritmos autónomos, por parte de las personas. Esto se debe principalmente, a que no existe un ámbito de confianza en la cultura organizacional, debido a que son nuevas tecnologías.

Por eso, uno de los desafíos más importantes para integrar Inteligencia Artificial a los equipos y organizaciones en general, es promover la confianza en estas herramientas.

Para algunos, lograr esto radica en capacitar a humanos para supervisar estas tecnologías. Y estas personas, deberán ser capaces de discernir entre cuándo es necesario y cuándo no es necesario utilizar inteligencia artificial, versus personas.

Esto se ve reflejado, por ejemplo, en las empresas que utilizan IA en los procesos de contratación. Hay etapas, como la revisión de currículums, donde sólo trabajan los algoritmos. Sin embargo, estos no deciden quién será la persona contratada. Porque en conjunto con ellos, trabajan personas.

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