Content Strategy

Ejercicios para elaborar nuestra identidad de marca

En artículos anteriores, hemos hablado de la importancia de definir elementos como la voz y el tono, o los atributos que queremos que nuestra marca u organización transmita en todos sus canales e instancias de comunicación.

Este ejercicio puede resultarnos obvio, incluso el proceso de indagar e interiorizarnos en la cultura de una organización puede parecer lo más lógico del mundo, pues es parte de la investigación previa que debemos realizar a la hora de construir una estrategia de contenidos. 

Pero, ¿Qué pasa cuando debemos hacer este ejercicio de manera interna? Llega el momento de enfrentar nuestra propia realidad, y empezar a desmenuzar las diferentes miradas que existen dentro de cada organización.

Un ejercicio de autoevaluación

Esto es muy importante. Evaluar cómo nos vemos, cómo nos definimos y cómo resuena la identidad de la marca entre las personas que le dan vida, nos ayudará a ver qué tan transversal es la definición de elementos básicos como la Misión, la Visión, los Valores que promovemos y la manera en que los comunicamos a la comunidad.

Muchas veces, las organizaciones realizan estas definiciones y se transmiten “de generación en generación” como una verdad absoluta, sin siquiera cuestionarnos si realmente logran hacer eco en quienes son parte de ella. 

Entender cómo nos vemos, cómo cambian las miradas y cómo nos vamos adaptando a los cambios que nos presenta el mundo, también nos ayuda a adaptar nuestra forma de enfrentar y comunicar lo que somos. Además estas autoevaluaciones nos ayudan a incorporar nuevos puntos de vista respecto a lo que hace nuestra organización.

Un ejercicio de definición

Puede que nosotros tengamos total y absoluta claridad de lo que hace nuestra marca, sus atributos diferenciadores, valores y más. Sin embargo, al momento de verbalizar estos elementos, suelen producirse algunos enredos. 

Porque es claro, lo que es obvio para nosotros, no necesariamente es tan evidente para los demás. Y, a falta de definiciones claras, siempre será mejor llegar a consensos.

En {ida, somos bastante fanáticos de los ejercicios de co-creación o co-diseño, los que resultan particularmente útiles para este tipo de instancias. Facilitar la conversación y la reflexión en torno a preguntas como el “quiénes somos”, “qué hacemos”, “cómo lo hacemos”o “por qué lo hacemos” nos ayuda a urdir un relato que se teje en comunidad, y por lo mismo es transversal y logra hacer eco en todos los que le dan vida a la organización. 

Un ejercicio de co-creación

Sí, ya lo mencionamos en el punto anterior, pero nunca está demás reforzarlo. Que propongamos un ejercicio de co-creación no significa que basta con llenar un canvas y poner muchos post-its de colores. No, esto necesita un poco más que eso.

Es importante que en estas instancias también podamos contar con diferentes voces. Aliados, disidentes, líderes e incluso aquellos que creen que pasan desapercibidos tienen un espacio en estos ejercicios. Es por eso que también resulta fundamental lograr que se representen las diferentes áreas y personas que participan de la organización. 

En estas instancias, la voz de un gerente o director tiene el mismo espacio y resonancia que la de un colaborador común y corriente (como cualquiera de nosotros). Lo importante es tener la intención de participar y de ser parte de la construcción de este relato.

En resumen

Definir nuestra identidad de marca requiere del trabajo y compromiso de diferentes actores al interior de las organizaciones. Por lo mismo, es importante que exista voluntad y deseos de elaborar relatos que resuenen al interior de las empresas y marcas, para que se reflejen a la comunidad, no sólo a través de nuestros contenidos o publicaciones, sino que también a través del testimonio de quienes le dan vida a nuestros espacios de trabajo.