Experiencia de usuario

Diseñando experiencias a través del sonido

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Hoy nuestras interfaces no solo incluyen sonidos, sino que incluso hablan. El audio ya no es una herramienta prohibida para el diseño de interfaces y debemos empezar a mirarla con otros ojos. A continuación, te explicamos cómo utilizar estos elementos para amplificar las experiencias de tus usuarios.

Diseñando experiencias a través del sonido

Con el auge de los asistentes de voz, escuchar a una interfaz se ha vuelto cada vez más común, pero esto no es algo nuevo. El sonido es un elemento importante en la vida de un gran número de nuestros usuarios y lo ha sido desde siempre. Ya sea a través de los ruidos de la calle hasta los de un videojuego.

Incorporarlos correctamente a nuestras interfaces nos permitirá brindar experiencias más satisfactorias, reforzar nuestra identidad marca de formas creativas e incluso mejorar la accesibilidad de nuestros proyectos. Sin embargo, para lograrlo debemos diseñando priorizando la percepción y utilidad de estos para nuestros usuarios.

Cómo perciben el audio los usuarios

Es posible identificar lugares, objetos e incluso marcas gracias a ellos. En un contexto digital, un sonido puede resaltar un llamado a la acción, captando la atención del usuario, o también puede entregar feedback, tanto positivo como negativo, en respuesta a las acciones realizadas en nuestra plataforma.

Existen sonidos dentro del diseño de interfaces que ya son icónicos. Las notificaciones de Whatsapp, por ejemplo, alertan a través del audio que llegó un nuevo mensaje a esa aplicación. En macOS, por su parte, cuando eliminamos un archivo, suena el característico clip de la opción “Move to trash” en iOS para indicarnos que la solicitud se completó.

Estos son dos claros ejemplos de sonido utilizado para invitar a realizar cierta acción o reforzar el cumplimiento de un objetivo. Sin embargo, no son la única forma de integrar elementos de audio en nuestra UI.

Integrando sonidos a nuestra interfaz

Lo primero que debemos preguntarnos es ¿por qué necesita elementos de sonido nuestra interfaz? Su incorporación debe estar siempre ligada a las necesidades, preferencias y usos de los usuarios.

Por ejemplo, no es recomendable sobrecargar un sitio web con sonido que se reproduzca apenas se entre en él. Más que dar la bienvenida al usuario, este puede sentirse incómodo.

Para encontrar el mejor momento en el que incluir audio a nuestra interfaz, debemos fijarnos en las expectativas del usuario. Por ejemplo, si contamos con una plataforma de e-commerce, es probable que no espere escuchar una canción al entrar a nuestro sitio. Por otro lado, si recibimos un enlace de YouTube, lo más probable es que al hacer clic esperaremos que el video se reproduzca automáticamente.

El caso de los efectos de sonido para resaltar o solicitar acciones es similar. Estos deben estar asociados a sucesos precisos, pero que no sorprendan al usuario. Por ejemplo, cuando complete un largo formulario, podemos incluir un clip sutil pero satisfactorio que dé a entender que el flujo terminó.

Los desafíos del sonido

Aún así, incorporar elementos de audio a una interfaz no es una tarea tan sencilla. Estos aumentarán el peso de las páginas en donde se encuentran, a menos que se optimice su tamaño a través de su compresión.

Además, a menos que el sonido sea esencial en nuestro servicio -como lo es en el caso de Spotify o Bandcamp-, no podemos condicionar la experiencia de los usuarios a que estos nos escuchen. No debemos olvidar que no todos cuentan con esta capacidad. Si incluimos un clip de audio, deberemos siempre considerar un reforzamiento visual o sensorial en paralelo, como puede ser un mensaje de éxito o la vibración del celular.

Sin embargo, el audio también puede ser una herramienta útil para hacer que tu sitio sea accesible para personas ciegos o con visión reducida. Considera cómo suenan tus mensajes para asegurarte de que tus ideas sean percibidas correctamente por los usuarios.

Es normal pensar pensar en el sonido como un factor a evitar en el diseño de interfaces, pero no debemos descartarlos totalmente. Si los empleamos bien y tomamos las precauciones que acabamos de explicar, estos pueden ser una pieza clave para mejorar la experiencia de nuestros usuarios.

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