CIERRE DE AÑO {IDA 2020

Un año para el olvido, pero no

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Un año complejo, lleno de altos y bajos, pero que más allá de lo problemático que pudo resultar para muchos, nos deja un sinfín de enseñanzas y nuevos desafíos.

Icono de Max Villegas, dentro de una videollamada y arriba de un celular, donde reflexiona sobre el 2020, la pandemia y el olvido.

Ciertamente no ha sido el mejor año para la mayoría de Chile, del continente y del planeta. En ese contexto me da mucho pudor decir que para IDA fue un buen año, económicamente hablando, claro está. No sé si fue el mejor año o uno para el olvido, pero a la luz de los acontecimientos mundiales, estamos todos vivos, no nos faltó trabajo ni nos mermaron los ingresos y eso, hoy, es mucho decir, tanto a nivel personal como de la PYME que somos. 

No quiero ser pesimista, pero digo que me da pudor porque, cuando he andado por la ciudad, no son pocos los locales comerciales de distinta índole que se ven vacíos, cuando no, sencillamente abandonados. Restaurantes, peluquerías, tiendas de diversos rubros cerradas. Proyectos fracasados que implican personas sin trabajo, y hablamos de mucha gente y familias sin ingresos. Y sí, entonces me siento afortunado y agradecido. No sé si hay espacio en este contexto para sentirse orgulloso. Dicho está, más bien me da pudor.

Reconocimiento a nuestra labor

Que no se me mal entienda, uno siente orgullo por el proyecto de empresa que ya lleva 10 años, por las personas que conforman el equipo, por el trabajo realizado que siempre persigue la excelencia. Uno siente orgullo cuando el cliente te felicita por la calidad y el esfuerzo entregado en pos de sus objetivos; uno siente orgullo cuando algún compañero de trabajo más novato te dice “me sacaste el jugo; no lo creía, pero lo logré”, cuando en medio del tedio de la rutina uno se exige a sí mismo y a los pares el 1001%. 

Sí, ese orgullo se siente a diario. Sin embargo, no queda en el olvido aquella frustración cuando un integrante del equipo no está alineado ni comprometido con ese nivel de exigencia, de auto exigencia, en el que uno se juega la vida como Sherazade, por si la metáfora del infinito no le quedó clara al incauto lector. 

Un triste dolor

Pero no es del orgullo de lo que quería hablar, sino del pudor de sentirse afortunado, de haber estado en medio de esta pandemia en un rubro que se hizo casi imprescindible, con unos saberes y unas experiencias que transformaron a estas empresas en apetecibles, en deseables compañeras de viaje –utilizando, esta vez, la metáfora del viaje de IDA sí conocida por el incauto lector. 

Pudor porque el amigo o el primo lleva 9 meses sin trabajo y las perspectivas de futuro no son del todo alentadoras; pudor porque estamos dentro del pequeño porcentaje de los privilegiados en una metrópolis como cualquiera que depende del crecimiento económico devorador de recursos y, no de una economía sustentable y respetuosa del medio ambiente. Estas situaciones nos hacen creer que este año quedará en el olvido, por parte de muchos. 

Un año de aprendizajes 

En el otro extremo, el conspicuo lector se preguntará por qué hablar del pudor y podrá hasta emocionarse pensando en la desdicha de millares y en la fortuna de unos cuantos privilegiados. A ese lector le digo que fue un poco de suerte, aunque también han habido 10 años de “crear valor” en los detalles. Este lector entenderá muy bien otra metáfora, esta vez, con arraigo en la Historia: Colón descubrió América, no la creó. 

Asimismo le digo que no todo ha sido acertar, también ha habido mucho de errar. Me atrevo a decir que han habido más errores que aciertos, pero los hemos transformado en oportunidades. 

Con el prisma que me toca mirar hoy los acontecimientos, los errores nos han hecho madurar, los aciertos crecer y la humildad prevalecer. La post verdad, así podríamos llamarle hoy a juzgar los errores del pasado con los ojos del presente, cobijados bajo las sensaciones que nos provoca el día a día de este año para el olvido.

Difícil pero no imposible

Quiero decir, que cada día tiene su afán, que pese a todo estamos bien, que ha habido algo de suerte pero mucho más de esfuerzo, que gracias por todo a todos, pero que cuidado que la ola te bota porque la competencia es brava y el humo es abundante y atractivo en sus multicolores cinemáticos. Ni en la cima ni la sima estamos a salvo del microbio ni del virus maldito, hemos tenido suerte, pero la suerte es cambiante e ingrata y necesitas algo más que los laureles del pasado para mantenerte vigente o, dicho en negativo, para no desaparecer del mapa.

Nuestra más fiera competencia podrá sentirse hoy en éxtasis por sus números y ventas, podrá ayer habernos decretado inviables, e incluso podrá superarnos en la tecnocracia ingenieril del empleo, pero no nos quitará jamás el alma: ñoños de la UX, ni en fiestas ni mercenarios.

Acerca del Autor

Maximiliano Villegas - Director de Desarrollo

Director de Desarrollo

Investigo lo último en tecnología web, para ofrecer soluciones innovadoras en los proyectos. Encargado de resolver problemas de integración en diversas API's, servicios y plataformas que operamos. Me gustan los proyectos perfectamente terminados, con código bien estructurado, simple y legible.

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