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¿Cuál es el problema real tras las videollamadas?

Diseño de servicios 3 min. de lectura

Diferentes organizaciones han intentado solucionar el enigmático problemas tras la conexión por streaming. ¿Por qué las videollamadas resultan tan agotadoras? La tecnología avanza en función de nuestras necesidades, pero ¿Hacia a dónde avanzar cuando no el problema no está identificado?

Tres ventanas de videollamadas

El encierro y su inminente soledad, o la conexión extrema frente a diferentes pantallas. Cada día, las videollamadas se apropian más de nuestros espacios personales. Para muchos, se han convertido en el dolor y molestia constante del día a día. ¿Qué es lo que no soportamos de esta forma de comunicación? ¿Tiene solución?

Hace un tiempo, describimos diferentes plataformas que se sumaron al desafío de mejorar la experiencia de usuario en video-conferencias. Para estas empresas, el principal problemas tras el rechazo que causa esta herramienta, se debía al diseño de interfaz. La mayoría de las aplicaciones que utilizamos, no están diseñadas para una conexión permanente. 

Es así como aparecen diferentes teorías sobre el motivo del cansancio que genera mantenerse entre videollamadas. Psicológicamente, seguirle el ritmo a cada conversación parece un gran esfuerzo mental al tener diferentes pestañas y aplicaciones en funcionamiento. Y mientras más grande sea el grupo de personas conectadas, el cansancio será mucho peor una vez que puedas cortar. 

Pero todo esto son sólo teorías. ¿Qué ocurre realmente con estas plataformas?

Muchas personas a poca distancia

Según relata el profesor de Stanford, Jeremy Bailenson, para el MIT Technology Review, una parte fundamental del problema es la distancia con la pantalla, donde vemos a personas a una cercanía de 60 centímetros aproximadamente. 

“Raras veces estamos a 60 centímetros de distancia de una persona y mirándola durante una hora (…) Cuando hay tantas caras que nos miran de esa forma, se activa la respuesta de alerta, ese modo de luchar o escapar. Si estamos en ese modo todo el día, resulta difícil llevar a cabo estas reuniones”.

Sin embargo, este no es el único motivo. La autopercepción, aumenta la ansiedad.

Ansiedad social

Las relaciones interpersonales han cambiado notoriamente. Si hace algunos meses podíamos reunirnos con nuestros cercanos o equipos para conversar una serie de temas, ahora debemos adecuarnos a sólo hacerlo detrás de una pantalla. 

Ante estas situaciones sociales inusuales, vamos presentando problemas como angustia o miedo por hacer las cosas de mala manera. Así lo afirma la profesora de comunicación en Keene State College, Amber Davisson:

“Las videoconferencias causan ansiedad y nunca podemos relajarnos; somos demasiado conscientes de nosotros mismos. La mejor tecnología debería eliminar nuestro rostro para que podamos mirar a todos y ellos puedan vernos a nosotros pero no nos veríamos a nosotros mismos”.

Ante este tipo de inquietudes, Microsoft Teams lanzó una funcionalidad llamada Together Mode, la que podría ayudar a estos trastornos a través de tecnología de segmentación, la cual ubica a las personas presentes en un entorno virtual como si estuviéramos en la misma habitación. Sin embargo, esto sigue sin solucionar la poca participación de las personas en las videollamadas o que dejemos de estar pendientes de nuestra imagen en cada momento.  

El contexto actual ha difuminado las limitaciones que existían entre nuestro trabajo y el espacio privado. Por esto, en lo posible, debemos establecer áreas de desconexión que le permita a nuestra mente descansar un poco de esta realidad digital.

 

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