Cambios en redes sociales

#280Caracteres: ¿Qué hay detrás de la icónica modificación de Twitter?

Fue a través de su blog -y lógicamente difundida a través de un tuit- que Twitter confirmó la noticia. Los clásicos 140 caracteres que entrega para expresar algún hecho o sentimiento aumentarán a 280. Primero un grupo de usuarios podrán usarlo, lo que se hará extensivo a todos dependiendo de los resultados.

A pesar de las críticas que rodean a esta red social, esta limitante se transformó hasta hoy en su sello. Los pocos caracteres disponibles obligaron a que usuarios, medios y marcas desarrollaran un lenguaje único. Presentar una noticia, compartir una reflexión o vender un producto se transformó en un proceso creativo.

Mientras lograba un alcance global, la rigidez de Twitter chocó con las barreras del idioma “tradicional”. Si una misma idea en inglés o español necesita de una cantidad de caracteres diferentes, en japonés incluso bastaría con menos palabras.

Durante marzo se conoció que la cantidad de usuarios bordeaba los 319 millones. En abril de este año, además, se reveló que se sumaron nueve millones de cuentas en los últimos 12 meses. Este aumento, aunque contrastado con la caída de sus ingresos en un 8%, fueron la antesala de la histórica modificación.

¿Por qué un tuit con 280 caracteres?

Decir mucho, en poco espacio. La máxima que Twitter presentó desde su inicio con este aumento tiene un trasfondo práctico, según la propia red social. Según cifras liberadas recientemente, en promedio un mensaje en inglés tiene 34 caracteres, valor similar en español.

En contraste, idiomas donde un símbolo puede reemplazar a varias palabras presentan una realidad opuesta. Es el caso del japonés o coreano. Para ellos, como media un tuit cuenta con 15 caracteres, por lo que la tasa de no publicación es baja.

Bajo este paradigma, Twitter busca compensar esta diferencia idiomática ofreciendo una solución que se adapta a las particularidades del idioma. La idea es no sacrificar espacio para responder a un dialecto por sobre otro.

Junto a la incorporación del hashtag a la nomenclatura particular de esta red social, que en agosto cumplió 10 años, el aumento en el número de caracteres es quizás el cambio más significativo.

Las estrategias de marketing digital de medios, marcas e instituciones se enfrentarán al desafío de incorporar esta actualización. Qué decir, cómo e incluso el público objetivo deberán ser revisados, reorientados o incluso dar espacio a explorar nuevos formatos.

Twitter es más que 140 caracteres

El aumento en el número de caracteres a 280 no es el único cambio que experimentó la red social. El video es otro de los elementos fuertemente difundidos entre sus millones de usuarios.

Cifras de la propia plataforma digital, obtenidas a partir de su más reciente estado financiero, aseguró que se compartieron cerca de 800 horas de contenido en vivo, equivalentes a 450 eventos de alcance global.

Aproximadamente el 50% de ellos eran de carácter deportivo, dejando en segundo lugar coberturas noticiosas o políticas. Precisamente, este segundo grupo es donde Twitter concentra su importancia. Así quedó demostrado, por ejemplo, durante las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Duplicar el máximo de caracteres disponibles para “tuitear” puede tener un segundo trasfondo. Durante el primer trimestre los analistas financieros esperaban una caída del 15% en la valorización de la red social.

Este resultado positivo (en rigor la baja fue menor a la proyectada), sumado a que en 12 meses subió un 14 por ciento la cantidad de usuarios activos, son el piso que Twitter no poseía en tiempo para introducir alguna modificación significativa.

Ejemplos visuales de cómo se ven mensajes en Twitter con 140 y 280 caracteres

No se trata solamente de poder escribir más en Twitter. Los 280 caracteres implican el desafío de un cambio cultural en sus usuarios. Conceptos que no alcanzaban en los 140 originales ahora se podrán expresar, aunque sin perder de vista la idea original: ser un medio dinámico y expresar, con poco, una idea.