![](data:image/svg+xml;charset=utf-8,<svg height="400" width="655" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" version="1.1"/>)
Las partituras de interacción son un lenguaje visual para articular la relación entre el usuario, la interfaz gráfica y el sistema que responderá a las acciones ejecutadas. En otro artículo te explicamos cómo surgieron y cuál es su importancia en el desarrollo de sitios web, y en esta ocasión te enseñaremos cuáles son sus aplicaciones según el estado del proyecto.
Existen tres posibles usos iniciales de las partituras derivados del primer acercamiento a un proyecto digital. En esta etapa definirás si vas a estudiar un sitio, rediseñarlo o crear una página desde cero. De acuerdo a esto, los modos de aplicación son los siguientes:
Modo analítico
Sirve para estudiar las interacciones en sitios o servicios ya existentes. Se trata de un modo de visualizar procesos con el fin de entender sus flujos. Es un ejercicio de investigación que permite observar todos los elementos que participan en un proceso de interacción con un sistema. Para quienes están empezando, esta es una excelente forma de aprender a usar las partituras, ya que se reduce o elimina totalmente la dificultad creativa, permitiendo que te centres en el análisis de lo que ya existe.
Modo comparativo
Se usan para comparar el estado actual de un proceso de interacción con una propuesta nueva. Primero debes crear la partitura del estado actual, lo que corresponde al ejercicio de modo analítico previamente mencionado. Luego se debe modelar el nuevo proceso. Lo que suele suceder es que la propuesta nueva sea más corta y más ordenada que el flujo anterior.
Las partituras en su modo comparativo son una valiosa herramienta a la hora de presentar las ideas al cliente, ya que demuestran con claridad cuando una propuesta de diseño está simplificando flujos que solían ser complejos y engorrosos, mostrando un antes y un después.
Modo creativo
Se usa para definir las interacciones de un servicio o sitio totalmente nuevo. Este modo representa el caso más abstracto, ya que se crea desde cero algo que no se sabe aún exactamente lo que es. En esta etapa todavía no existen wireframes y ni siquiera en el equipo interno se conoce la forma de lo que se está diseñando. Este es uno de los casos de uso más comunes y probablemente el más complejo.
Factores a tomar en cuenta en la creación de nuevas interacciones
Para los dos últimos casos mencionados es muy importante tener claridad sobre cómo abordar y diseñar la interacción de un sitio o servicio. Una buena práctica para comenzar a pensar en esto es combinar algunos factores fundamentales:
- Lo humano: No dejar de preguntarse qué espera obtener el usuario de nuestra marca y de las interacciones puntuales dentro del sitio. Esto nos entrega las primeras aproximaciones a la usabilidad del servicio que diseñamos.
- El negocio: ¿Qué información relevante necesitamos como equipo de diseño? Considera la estrategia y los objetivos comerciales del proyecto, esto es fundamental para la viabilidad del proyecto.
- La tecnología: Determina muchos estándares sobre cómo se hacen las cosas y va a influir en la factibilidad de la propuesta, lo que se puede y lo que no se puede hacer.
Si encuentras un buen balance entre estos factores habrás diseñado la mejor opción para tu proyecto. Por ejemplo, si estás trabajando en un formulario de registro tendrás que tomar en cuenta que para los usuarios este es un proceso indeseado, por lo tanto mientras más rápido y fácil lo resuelvan será mejor. En este caso, desde el factor humano es lógico pensar que debemos pedir el mínimo de información personal, pero desde el factor del negocio los datos son fundamentales. Además, desde el factor tecnológico debes considerar que los campos y su presentación afectarán una futura base de datos de registro.