Agenda Digital

Por qué es importante el enfoque de género en la agenda digital del Gobierno de Chile

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Actualmente los movimientos feministas han instalado en la agenda de Gobierno demandas de género, concertadas en la consigna de la educación no sexista. Es importante entonces preguntarnos sobre el rubro que nos convoca ¿qué pasa en temas digitales?

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La agenda digital de Gobierno, que debería ser el principal lineamiento a nivel país para orientar iniciativas, así como cumplir con los diversos tratados a los que Chile ha suscrito durante los últimos años, se encuentra en deuda.

La ausencia de una perspectiva consistente en el tiempo, que se haga cargo de las diferencias de género y del acceso desigual a la tecnología, repercute directamente en una brecha de género. Se limita la posibilidad de la población femenina de explorar sus potencialidades cuando estas se encuentran en áreas no feminizadas u ocupaciones en que la participación femenina es validada socialmente.

En la Agenda Digital Imagina Chile 2013-2020 de la Subsecretaría de comunicaciones del actual gobierno, se evidencia la motivación de impulsar políticas que se hagan cargo de brechas digitales. Abarcando desde los contextos desiguales de clase y de corte demográfico, anulando la perspectiva de género. Aún cuando es determinante al momento de intervenir en nuestros modelos de conducta y exploración de habilidades.

En la actualidad, existe una gran preocupación por impulsar la apertura y acceso a educación para todas y todos. Asumiendo que hombres y mujeres, nos encontramos en un escenario idéntico. Si no incorporamos la brecha de género, haciéndonos cargo de las segregaciones estructurales que desincentivan a las niñas a acceder a carreras y a explotar habilidades que socialmente se les ha dicho en la que “no son buenas”, las iniciativas gubernamentales continuarán siendo ineficientes. El informe de la Organización para la Economía Cooperación y Desarrollo Económico (OECD). señala:

En el caso de Chile, se observa que las diferencias entre las autopercepciones de niños y niñas en el grupo de estudiantes de mejor rendimiento no logran reducir las brechas de desempeño en ciencias, pero sí logran explicar más de la mitad de las diferencias en el rendimiento de pruebas en matemática; es decir, la brecha de puntaje entre hombres y mujeres en pruebas de matemática se reduce de 28,8 a 11,4 puntos controlando por autopercepciones (autopercepción, autoeficacia y ansiedad) en matemáticas.   

(OECD,    2015)

El estudio muestra, además, que las niñas suelen presentar mayores niveles de ansiedad hacia las matemáticas. Esto incluso cuando presentan niveles comparables de motivación a los niños.

La situación laboral de la población femenina

Se ha confirmado que el crecimiento de la participación de las mujeres no ha sido transversal en los distintos sectores productivos. Mucho menos en puestos de liderazgo. Así dan cuenta diversos estudios como el de Segregación laboral y género.

Las mujeres que participan en la actualidad en la esfera laboral, se enfrentan a segregaciones de tipo horizontales y verticales. Entendiendo la segregación horizontal como la que tiende a concentrarse en ocupaciones especificas. Generalmente referidas a “servicios femeninos”, tales como salud, educación y limpieza. Por eso, cuando se evidencia este tipo de segregación, la literatura se referirá a sectores feminizados.

En ese sentido, la inserción profesional, de darse, es direccionada en ocupaciones tradicionalmente femeninas. En el caso de la segregación vertical, remite más bien a las diferenciaciones en el acceso a puestos de trabajo con distinta jerarquía entre mujeres y hombres”. Los estudios denotan una escasa participación de la mujer en puestos de trabajo de alta responsabilidad. Esto desencadena a que accedan a puestos inferiores, con condiciones y remuneraciones menores y exponiéndose a desprotección laboral.

Si bien la brecha de género ha disminuido, aún persiste. Hablamos entonces, de que la inserción profesional que buscan las políticas públicas y esfuerzos de gobierno no son estructurales. Más bien se promueve la inserción en el sistema productivo vigente, los cuales se encuentran divididos y segregados sexualmente. Perpetuándose por tanto, la discriminación salarial y laboral.

Mujeres TIC en el mercado laboral

En la actualidad, el 35% de mujeres en el mundo, trabaja o estudia las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, según el informe de Cracking the code: Girls’ and women’s education in science, technology, engineering and mathematics (STEM) de las Naciones Unidas.

El actual contexto de demandas estructurales es un impulso para reformar profundamente la transformación digital de la sociedad. Además de significar un avance  en la eliminación de discriminación de género, significa una oportunidad para incorporar perspectivas distintas a las demandas laborales. Puesto que la diversidad siempre será una gran garantía para los equipos de trabajo.

Comunidad Mujer señala que “Hasta 4to básico, niñas y niños rinden igual en matemáticas. Pero apenas un 13,5% de las estudiantes escoge ingeniería y un 1,5% elige las ciencias”. Frente a este escenario han surgido iniciativas – impulsadas por mujeres- como Laboratoria, donde mujeres que no accedieron a la educación superior, pueden iniciarse en el área de la informática.

Más Mujeres en la UX es también otra iniciativa, aunque más reciente, que surge como parte de un diagnóstico sobre la dinámica y prácticas al interior de nuestros lugares de trabajo, buscando generar redes entre las profesionales del área, así como visibilizar nuestra presencia en la disciplina.

¿Cómo podemos mejorar el enfoque de género?

La invitación, por tanto, es a incorporarnos a rubros que no hemos considerado o que nos han sido negados. Junto con esto, debemos visibilizarnos en nuestras áreas de trabajo.

Al analizar el reciente discurso del Presidente Sebastián Piñera, en el contexto de la cuenta pública, se evidencia la necesidad de impulsar iniciativas que hagan avanzar al país en materia digital, como es la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que comentamos en un artículo anterior, pero una vez más no hay acento en la necesidad de incorporar la perspectiva de género, puesto que como ha quedado claro, hoy en día las discriminaciones o falta de acceso que tenemos las mujeres responden a variables sociales, culturales y económicas, y no a capacidades.

Por ello, es importante que las instituciones, incorporen la brecha de género desde sus elementos más fundamentales. En la UX, también es urgente incorporar los “lentes violeta” a nuestra práctica cotidiana. Esto a través de dinámicas internas organizacionales, alejándonos de prácticas como el mansplaining o invisibilidad laboral. Comenzar a exigir espacios de trabajo en igualdad de condiciones, visibilizar y reconocer nuestros logros puede ser un comienzo.

Acerca del Autor

Investigamos las tendencias en proyectos y estrategias digitales para complementarlas con nuestra experiencia en artículos informativos. Nuestro objetivo es aportar al desarrollo del área, discutiendo la efectividad de las tecnologías y técnicas aplicadas.

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