Publicidad y vida privada

Nuevo proyecto de ley para evitar el spam de las empresas

¿Cuántas veces te has despertado un domingo para contestar una llamada que resultó ser de una compañía de teléfonos de la que no eres cliente? ¿Cuántos correos spam recibes a diario de marcas de productos que nunca has comprado?

Estas situaciones tan cotidianas y molestas deberían terminar cuando entre en vigencia la ley que sanciona el envío de publicidad telefónica o por medios electrónicos sin autorización del destinatario. La iniciativa fue despachada a la Cámara de Diputados, luego de su aprobación en el Senado.

El proyecto de ley, según explica Felipe Harboe, tiene por objetivo:

…materializar el respeto de la protección de datos personales y, en particular, el derecho de todo titular de algún sistema de comunicación privado a no ser invadido por publicidad o mensajes no deseados.

El desarrollo masivo de la publicidad y el mal uso de bases de datos, tanto telefónicas como de email, ha obligado a mejorar la norma existente para que derechos fundamentales como el respeto a la vida privada y el resguardo de datos personales sean respetados por las marcas y empresas de los más variados rubros.

La nueva normativa pretende evitar con el envío de SPAM o información sin consentimiento, e incluso establece consideraciones mínimas de horario y forma.

De esta forma, mensajes de texto, llamadas y correos estarán regulados por ley y evitarán el abuso de las marcas para la contactación con sus clientes. Se establece que las promociones sólo podrán ser enviadas a través de medios que cada consumidor haya autorizado expresa y previamente, de manera específica para esa marca o producto.

Uno de los elementos rescatables de la nueva ley es que, en este caso, el silencio no otorga. Porque, si uno no ha autorizado expresamente el envío de publicidad, las empresas no podrán contactarte de ninguna forma. De hacerlo, podrían arriesgarse a multas que superan las 50 UTM.

Estamos rodeados de empresas queriendo convertirnos en sus clientes y que no siempre tienen escrúpulos para hacerlo. Nuestros correos personales o de trabajo son casi tan públicos como el número de nuestra cédula de identidad, en un país donde a ratos parece que la protección de datos personales es más bien una declaración de buenas intenciones en vez de un derecho resguardado por ley.

Uso de bases de dato para spam

La nueva normativa, entonces, tiene el desafío no sólo de establecer la manera en que los consumidores “pediremos” que nos envíen información, sino también, debería profundizar en los límites de las formas de contacto y en cómo obtienen esa información. Es decir, la ley debería evitar que si me suscribí a una lista de correo de una marca de autos, las otras marcas de ese holding me contactaran porque yo no lo solicité así.

Actualmente, las bases de datos son públicas, se transan como cualquier otra mercancía y las marcas pagan miles de millones de pesos por conseguirlas.

Lo más lamentable es que, al momento de pedir explicaciones o que borren tus datos, nadie responde, las marcas no se hacen cargo y los consumidores nos quedamos con la sensación de que no hay quien asegure que esa eliminación de datos sea efectiva.

En mi experiencia, he conocido desde prospectos de clientes que quieren “comprar” bases de datos hasta empresas que ofrecen servicios de “estrategias de email marketing” con base de datos incluida. En ambos casos, se está actuando al margen de la ley que ya existe, pero que se vulnera con la simple declaración que indica las formas en que quiero desuscribirme.

Según lo que establece la actual Ley 19.496 Art 28b,

Los proveedores que dirijan comunicaciones promocionales o publicitarias a los consumidores por medio de correo postal, fax, llamados o servicios de mensajería telefónicos, deberán indicar una forma expedita en que los destinatarios podrán solicitar la suspensión de las mismas. Solicitada ésta, el envío de nuevas comunicaciones quedará prohibido”.

Sin embargo, hoy nada asegura que así suceda, a pesar de la aplicación No Molestar que Sernac tiene operativa hace algún tiempo.

Reemplazar el spam con contenido de calidad

Si el proyecto de ley avanza en esa línea y determina sanciones importantes a quienes la infrinjan, podremos estar más tranquilos como consumidores.

En tanto, como productores de información y ejecutores de campañas publicitarias, el desafío se instala en ser capaces de implementar estrategias de contactación creativas, poco invasivas y bien segmentadas, respetando a los clientes que voluntariamente quisieron suscribirse a determinado newsletter o que aceptaron recibir mensajes en sus teléfonos móviles.

Deberíamos ser lo suficientemente claros en explicar a nuestros clientes que sumar suscriptores “a la mala”, o cargar bases de datos que nos “prestó” alguien es una práctica que va contra la ley.

Tenemos la responsabilidad, como ejecutores de estrategias de email marketing de respetar a quienes no quieren recibir esa información, buscando maneras más inteligentes de cautivarlos con los atributos de la marca que promocionamos.