Diseño UX

El retorno de los esqueuomorfismos

Experiencia de Usuario 6 min. de lectura

Los esqueuomorfismos son elementos de una interfaz gráfica que imitan un objeto físico. Su historia tiene momentos de apogeo y caída. Hoy podrían volver a estar de moda con un funcionamiento totalmente nuevo.

Por mucho tiempo parecía que iban en retirada. Apple de a poco los fue desechando y la prensa especializada pedía su extinción. Hoy, de un momento a otro, nos volvemos a encontrar con ellos. Amazon Go y Alibaba están reviviendo los esqueuomorfismos y hay que estar preparados.

Lo primero que debemos hacer es entenderlos. Traduciendo ligeramente la definición del diccionario de Oxford podemos señalar que es como “un objeto o característica que imita el diseño de un artefacto similar de otro material”.

Qué es un esqueumorfismo a nivel de diseño

Llevándolos al mundo digital, un esqueuomorfismo es “un elemento de una interfaz gráfica de usuario que imita un objeto físico”.

Un ejemplo: la calculadora que viene instalada con Windows 10 no es una calculadora tangible, pero sus teclas están en el mismo lugar que una calculadora “real”. Incluso su ventana tiene más o menos la misma forma.

En la otra vereda están aplicaciones como Soulver. Esta calculadora ha dejado atrás los esqueuomorfismos para optimizar el contexto digital en que existe. Sus comandos son por texto y detecta las necesidades del usuario que lo llevan al ejercicio matemático.

¿Por qué seguimos ocupando calculadoras digitales con estructuras pensadas para el mundo físico? ¿Por qué no cambiamos a aplicaciones que aprovechen realmente las nuevas tecnologías? Para respondernos estas preguntas hay que mirar al pasado.

Esqueuopasado

Los esqueumorfismos no son un concepto exclusivo del mundo digital. En los supermercados nos topamos con lámparas con forma de velas y botellas de plástico que simulan ser de vidrio. Si bien estos esqueumorfismos se ven simpáticos, son solamente decorativos.

La principal función de los esqueuomorfismos es la de ser un soporte para el usuario inexperto en un producto. Le ayudan a entender mejor cómo funciona este nuevo objeto asimilándolo a funciones pasadas.

Es realmente útil cuando, por ejemplo, un aficionado a la música quiere ecualizar su reproductor digital y ve que el ecualizador que este trae se ve exactamente igual al de su equipo físico. Pensemos en el viejo Winamp que incluso funcionaba por “decks”, al igual que un equipo de sonido tangible.

Claro que nadie prendería fuego a una lámpara eléctrica con forma de vela. No en este siglo. Es por esto mismo que algunos diseñadores le declaran la guerra a los esqueumorfismos. Para algunos, su eliminación significa avanzar.

Caso esqueuomorfismos en Apple

Uno de los principales detractores de los esqueuomorfismos es el actual jefe de diseño de Apple: Johathan Ive.Uno de los principales defensores de los esqueuomorfismos durante la década pasada fue el ex jefe de interfaces humanas de Apple: Scott Forstall.

Para comprender el peso de la mano de Forstall hace falta recordar cuando los iPods estaban llenos de paredes de cuero y madera. O cuando iBooks se navegaba en estanterías digitales.

Pero con iOS7 todo cambió. La salida de Forstall y la entrada de Ive transformó la forma en que se veían los dispositivos de Apple. Se dijo adiós a la madera digital y los botones con sombras. Entraron las formas planas y los colores graduados.

En una entrevista con USA Today en 2013, Ivoy explicaba que “la gente ya está acostumbrada a tocar las pantallas de vidrio (…) hay una libertad increíble en no tener que referenciar al mundo físico”.

Ese parecía ser el momento que terminaría por sepultar a los esqueuomorfismos. El esqueuofinal de la equeuohistoria. Pero este 2018 trae un giro a la trama. Damos vuelta a la página y estamos en el futuro.

Esqueuofuturo

Hace unos meses Amazon abrió su nueva tienda física en Seattle. No es la primera vez que la compañía se lanza a una aventura así. Desde el 2015 que el gigante de internet viene abriendo librerías. Hasta el 2017 llevan 13 sucursales abiertas

Esto parece indicar que algo tienen de especial las tiendas de Amazon, algo que no ofrece ni su competencia ni ellos mismos en su sitio web ¿Qué es ese algo? Esqueuomorfismos. O, mejor dicho, esqueuomorfismos inversos.

Las librerías de Amazon no intentan ser una librería más con un logo distinto. Tampoco son un mero centro de distribución para compras en línea. Lo que hace Amazon Books es tomar funcionalidades que los usuarios manejen en sus compras online y llevarlas al mundo físico. Una locura.

Así es como en sus pasillos los libros se ordenan por calificaciones de los usuarios, las repisas dan recomendaciones específicas (“si te gustó este libro, te gustará este otro”) y se incorporan indicadores de popularidad de sitios como GoodReads.

Caso esqueuomorfismos en Amazon

Como explica Fabian Geyrhalter en su artículo What Any Brand Needs To Learn From Amazon’s Physical Bookstore Experience, las tiendas de Amazon podrían mostrar el futuro del comercio físico. Un futuro que sería basado en la experiencia de usuarios que ya están acostumbrados al ecommerce.

En China la experiencia es similar. El gigante del e-commerce Alibaba ya ha incorporado supermercados al estilo de la tienda de Amazon. Además, empresas como BingoBox están popularizando el formato a alta velocidad.

La clave para entrar al esqueuofuturo -¿o esqueuofuturoinverso?- está en entender cómo los usuarios utilizan tu sitio web y qué cualidades se pueden trasladar a tu espacio físico. Si hace unos años creíamos que la clave era trasladar los objetos del mundo real al virtual, hoy vemos que el futuro esté en que el mundo real imite el virtual.

Acerca del Autor

Investigamos las tendencias en proyectos y estrategias digitales para complementarlas con nuestra experiencia en artículos informativos. Nuestro objetivo es aportar al desarrollo del área, discutiendo la efectividad de las tecnologías y técnicas aplicadas.

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