Detección y prevención de patrones oscuros: Desafíos éticos y legislativos para su erradicación

A la hora de diseñar siempre pueden aparecer los patrones oscuros. Por eso, debemos ser responsables con las decisiones que tomamos, teniendo en cuenta toda la información que manejamos de las personas usuarias. Cuando ignoramos esto, caemos en estándares de diseño contaminados por malas prácticas y que generan una brecha que termina en el abandono de cualquier interacción.

Las personas usuarias de nuestros servicios digitales esperan un funcionamiento adecuado de estos, que sean accesibles y comprensibles para todos. Como ya han explicado Porter y Brewer (2010), las personas usuarias “(…) se acercan a la mayoría de los productos con una expectativa de honestidad. Las cosas deberían hacer lo que dicen, comportarse de la manera que esperamos y reafirmar la decisión de los usuarios de usar este producto/servicio/sitio web”.

De nada sirve que construyamos interfaces que no entregarán lo que prometen, o que no funcionarán de la manera en que se espera.

Esta conexión, que construimos desde los procesos de research, nos otorga un conocimiento sobre el comportamiento, los hábitos que aprendemos de nuestro ambiente y la información que las personas usuarias requieren para depositar su confianza en nuestros productos y servicios digitales.

Conexiones de confianza

De estas relaciones de confianza pueden nacer buenas relaciones comerciales y de ideación digital, que permanezcan en el tiempo entre las personas y las empresas. Estas deben forjarse desde una ética que permita respetar tanto la continuidad del negocio, como la integridad de las personas usuarias que accederán a él.

Las empresas deben comprender que es su responsabilidad el crear un vínculo con las personas, a través de puntos de contacto honestos. En este proceso debemos identificar los distintos casos de uso, previniendo experiencias deficientes y evitando malas prácticas en el servicio digital entregado.

Si bien existen quienes utilizan los patrones oscuros, estas malas prácticas suelen realizarse por una repetición de estándares, sin un cuestionamiento de nuestro quehacer. Son prácticas normalizadas, en los procesos de investigación, diseño y desarrollo que nos llevan a cometer, una y otra vez los mismos errores perjudiciales.

Este tipo de malas prácticas, tal como entendemos a los patrones oscuros, pueden ser utilizadas sin la intención de perjudicar a las personas. Aún así, tienen la misma gravedad que cuando son premeditadas. El daño a las y los usuarios, a su integridad y a su capacidad de navegar libremente por Internet será el mismo, sean fruto de un error o no.

El rol de la UX para evidenciar y prevenir los patrones oscuros

Detectar patrones oscuros, debería ser nuestra prioridad como profesionales de la UX. Debemos crear procesos éticos de investigación y diseño, donde podamos levantar las alarmas para impedir la implementación de patrones oscuros. Y junto a esto, la identificación de la presencia de estos en otros sitios o plataformas digitales.

Desde la UX tenemos la responsabilidad ética de incorporar instancias de reflexión en nuestros procesos de diseño, que nos permitan encontrar, identificar y prevenir malas prácticas. También debemos ser capaces de concientizar a otras y otros profesionales de la disciplina sobre los peligros de los patrones oscuros para lograr su erradicación.

Políticas públicas sobre patrones oscuros

Alrededor del mundo ya son conscientes de la importancia de detectar y sancionar el uso de patrones oscuros en los sitios web. Uno de los esfuerzos más recientes son las modificaciones aplicadas a fines del año pasado a la Ley de Servicios Digitales en la Unión Europea. En ella se incluyó la definición de patrones oscuros, con el fin de prohibir todas las interfaces que “engañen, manipulen o distorsionen materialmente la capacidad de las personas usuarias para tomar decisiones libres e informadas”.

A raíz de esto en enero de 2023 la UE analizó 399 sitios de e-commerce para identificar patrones oscuros, donde el 40% de estos “se basan en prácticas de manipulación para explotar las vulnerabilidades de los consumidores” (UE, 2022).

En Estados Unidos, los patrones oscuros se abordan en distintas leyes federales como la Ley de Restauración de la Confianza del Comprador en Línea o la Ley de Renovación Automática Actualizada, así como en otras leyes estatales en California, Colorado y Connecticut.

Al igual que en la Unión Europea, la fiscalización de patrones oscuros en Estados Unidos ha ido en aumentando en los últimos años, destacándose los juicios contra Credit Karma, Fareportal Inc. y Google, entre otros.

En Chile, el principal recurso que existe para combatir los patrones oscuros es la Ley 19.496. En su articulado encontramos temas como la claridad en la visualización de precios, la aceptación no implícita de términos y condiciones, así como la entrega de información de manera clara, expedita y oportuna para la toma de decisiones de las personas usuarias.

Frente a esto, el SERNAC el año 2021 analizó 107 sitios web, donde el 64% de ellos utilizó al menos un patrón oscuro. Gracias a este informe, se abrió el debate sobre la necesidad de contar con políticas públicas y herramientas legales que permitan fiscalizar el uso de estos elementos.

Desafíos futuros para una internet segura

Si bien hay una creciente preocupación para contar con más herramientas para fiscalizar el uso de patrones oscuros, estos esfuerzos aún no son tangibles. En Latinoamérica el concepto de “patrones oscuros” sigue sin estar presente en leyes, así como la regulación y la protección de datos personales, no han sido discutidos como una amenaza.

Esta problemática y la oposición a una internet accesible y segura, nos pide jugar un papel de fiscalizadores de malas prácticas desde nuestros propios campos de acción, ya sea como diseñadores, investigadores, desarrolladores y consumidores.

Recuerda que en {ida hemos estado trabajando en una herramienta que facilite la detección de patrones oscuros. En este momento estamos en un proceso de testeo, si quieres participar puedes solicitarla entrando a este enlace. Tu ayuda será fundamental en el camino por una internet más segura y accesible para todas las personas.