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¿En qué consiste la creación del Producto Mínimo Viable para UX?

Al pensar en un nuevo servicio, producto o canal, los equipos de trabajo suelen establecer hipótesis o pequeños supuestos acerca de lo que necesitarán para cubrir una nueva necesidad.

Desarrollar un ejercicio para determinar el producto mínimo viable (Minimum Viable Product o MVP en inglés), permite establecer qué ideas son válidas y cuáles deben descartarse antes de iniciar la producción. Al descubrir las funciones en las que realmente vale la pena invertir, es posible avanzar con mucha más claridad en el proyecto.

Creación y objetivos del Producto Mínimo Viable

Un Producto Mínimo Viable es la versión de un nuevo producto que permite a un equipo obtener la máxima cantidad de aprendizaje validado sobre los clientes, con el menor esfuerzo posible.

Según esa definición de Eric Ries, escritor de “The Lean Startup”, un MVP sólo debe considerarse como una estrategia para testear un producto rápidamente, incluyendo funcionalidades necesarias para probar una o varias hipótesis.

En su libro “Lean UX: cómo aplicar los principios Lean a la mejora de la experiencia de usuario”, Jeff Gothelf recomienda establecer tres preguntas para guiar el aprendizaje:

Una vez resueltas estas interrogantes se puede dar inicio a la construcción de los MVP, siguiendo ciertos parámetros en conjunto al objetivo final.

Si se busca maximizar el aprendizaje, debes:

Si se busca entregar valor a los clientes, debes:

Creación de prototipos con MVP

Crear prototipos de aproximación desde la experiencia de usuario, permite simular cómo será el uso del producto o servicio. Para realizar esta tarea, la elección de la herramienta (prototipos de alta o baja fidelidad) dependerá de quién interactúe, qué se espera aprender y cuánto es el tiempo disponible para realizarlo.

Una vez que se ha escogido la fidelidad del prototipo, se debe evitar incluir toda la información referente al customer’s journey (mapa de UX total del proceso) y centrar el prototipo en una simulación de los elementos más importantes de la experiencia para los futuros clientes y negocios. De esta forma, por medio de los flujos de trabajo, se ilustrará el producto mínimo viable.

Finalmente, esta técnica puede ser muy útil para pequeñas startups que no requieran de pruebas extensas sobre sus usuarios, ya que permiten “lanzar” un producto y observar las reacciones en un contexto real. También es posible que esta acción se convierta en la primera fase de un estudio más completo, como los Test A/B o los arquetipos de usuario.