UX en plataformas multidispositivos

Modelo conceptual y composición para asegurar la interusabilidad

Diseño 5 min. de lectura

Analizamos dos claves base para ofrecer un nivel óptimo de usabilidad en plataformas multidispositivo, logrando que la experiencia de usuario sea coherente a través de los distintos aparatos.

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El objetivo último del diseño multiplataforma es que la experiencia se sienta y sea coherente. Para lograr esto, debemos preguntarnos si el servicio entrega la sensación de un trabajo entre dispositivos en su conjunto, o si hace la que la experiencia de los usuarios quede fragmentada.

Revisamos las publicaciones “Designing for the internet of things” y “Designing connected products” para determinar las claves que posibilitan la interusabilidad. De acuerdo a estas fuentes, existen cuatro grandes bases que permiten asegurar que la experiencia de usuario sea exitosa entre varios dispositivos y/o plataformas. Estas son:

  • El modelo conceptual
  • Composición
  • Consistencia
  • Continuidad

En esta nota analizamos los dos primeros puntos para demostrar cómo un modelo conceptual y la composición pueden sentar las bases para crear experiencias coherentes entre dispositivos.

Modelo conceptual para la interusabilidad

El modelo conceptual se refiere a la forma en que los usuarios entienden tanto el sistema general como sus interfaces al trabajar. Los usuarios necesitan tener cierta comprensión previa sobre cómo funciona el sistema, con el fin de encontrar la manera de interactuar con él. Este entendimiento se basa en las experiencias anteriores que hayan tenido con otros sistemas o actividades similares.

En palabras de Don Norman,

El problema de diseñar un sistema es que primero se plantea una conceptualización consistente, coherente, a través de un modelo de diseño, el cual debe permitir al usuario desarrollar un modelo mental del sistema, consistente con el modelo de diseño.

Por ende, el éxito de la usabilidad de las plataformas, sitios o aplicaciones, radica en la similitud entre el modelo de diseño y el modelo mental del usuario. ¿Es fácil para el usuario encontrar la manera de alcanzar una meta en particular mediante el sistema (ejecución)? ¿Es fácil entender lo que hace el sistema al brindar una respuesta (evaluación)?

Lo ideal es poder generar una relación directa entre modelos. Si esta no se provoca, el usuario debe comenzar a deducir cómo funciona el sistema, para esto, el aprendizaje se debe ver favorecido a través de la interfaz, los comportamientos del sistema y la documentación que se ofrezca.

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Cuando el escenario presenta multidispositivos, esta relación se torna compleja. Esto se debe a que hay más conexiones, nodos y relaciones, y por ende hay más posibilidades de fallar. Cuando las piezas o conexiones fallan, el usuario tiene que entender cómo funciona el sistema para saber lo que está pasando y por qué. En el peor escenario, se puede enfrentar a múltiples dispositivos fallando dentro el sistema.

El nuevo reto para la experiencia de usuario radica en esta gran cantidad de complejidades que antes no existían. Por ello, es importante que las personas conozcan los elementos que componen el sistema y sus funcionalidades generales.

Composición de funcionalidades entre dispositivos

Se refiere a la forma en que la funcionalidad de un servicio – sobre todo la funcionalidad de cara al usuario – se distribuye entre todos los dispositivos.

Una buena composición busca distribuir funciones para aprovechar al máximo las capacidades de cada dispositivo. Las características particulares de cada uno pueden limitar o apoyar las funcionalidades, pero se debe asegurar que estas se acoplen a las funciones bases del sistema.

¿Cómo determinar la composición correcta? Para cualquier servicio, a menudo hay más de un posible conjunto de dispositivos que podrían ser utilizados para prestarlo. La decisión en cuanto a qué es lo más práctico, será influenciada tanto por las tareas como los dispositivos.

La consideración más importante es lo que mejor se adapte a las necesidades de la actividad, la situación y el usuario.

Al trabajar con dispositivos preexistentes se le debe entregar a los usuarios las herramientas con las que ya estén familiarizados en ese sistema. No recomendamos crear dispositivos personalizados para responder a las necesidades de interacción, ya que esto aumenta los costos de manera considerable. Por ende, se debe trabajar integrando funciones o acciones a los ya existentes, manteniendo la simplicidad de la interfaz.

¿Qué problemas de conectividad y energía se deben considerar? El diseñador tiene que hacer una llamada informada sobre qué tareas tienen que estar disponibles en diferentes condiciones, como por ejemplo:

  • ¿Está desconectado de la red?
  • ¿Se cortó la electricidad?
  • ¿Pierde sentido el sistema cuando no hay conectividad?
  • ¿Se ofrece un retorno adecuado?

También es importante considerar que algunos componentes del sistema deben tener determinadas características y usos dependiendo del contexto.

A modo de resumen, si alineas el diseño al modelo mental de los usuarios, lograrás que ellos usen sus conocimientos previos para utilizar la plataforma en los distintos dispositivos. Sumando a esto, puedes distribuir las funciones de manera que estas se vean potenciadas por las características de cada aparato, facilitando su uso en cada contexto.

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