Diseño UI

Lenguaje interno y externo: ¿Cómo comunicar nuestro trabajo?

Arquitectura de Información 3 min. de lectura

Una de las claves para diseñar un sistema de información efectivo es definir los conceptos que los usuarios y usuarias deben manejar para poder utilizarlo. Pero ¿cómo deberíamos llamar a sus componentes clave?

Lenguaje interno y externo

Las palabras que usamos para etiquetar los elementos del sistema afectan la forma en que las personas los entienden e influyen en el sistema en su conjunto. En este sentido, utilizar términos con los que los usuarios y usuarias están familiarizados puede hacer que el sistema sea más fácil de comprender. Sin embargo, las palabras familiares también generan expectativas imprecisas.

Todo profesional dedicado a la Arquitectura de la Información sabe que proponer un lenguaje adecuado requiere de una profunda comprensión tanto el sistema como de las personas que lo utilizarán. ¿Cómo ven estas personas el dominio conceptual? ¿Ya tienen palabras o frases para describir características o funcionalidades similares? ¿Alguno de estos términos es ambiguo o engañoso?

Los mapas conceptuales son artefactos útiles en las primeras etapas de investigación de los proyectos. Sin embargo, suelen ser abstractos y, por lo tanto, potencialmente confusos. Aun así, pueden ayudarnos a generar comentarios sobre si estamos creando distinciones útiles y etiquetándolas con términos comprensibles.

Por supuesto, los usuarios finales del sistema no son las únicas personas que ayudarán a informar su arquitectura. Los propietarios de productos, ejecutivos, expertos en la materia y otras partes interesadas también son clave para comprender y proporcionar comentarios sobre nuestras propuestas. A menudo, este lenguaje interno no es apto para el consumo público. Incluso, es probable que no tenga sentido para las personas fuera de la organización.

Sin embargo, etiquetar los componentes del sistema propuesto utilizando solo términos externos puede confundir a las partes internas interesadas. Esto hace que sea más difícil para ellos dar retroalimentación. Entonces, ¿qué tipo de lenguaje es el que debe predominar?

Lenguaje interno y externo: una síntesis perfecta

La respuesta a este dilema radica en crear artefactos que unan los dos dominios. La clave es ofrecer “puentes” entre el lenguaje interno y el externo. Esto mejora en gran medida no sólo la calidad y la puntualidad de los comentarios de las partes interesadas, sino que también la comprensión que tendrán los usuarios de nuestro sistema cuando deban enfrentarse a él..

Unir el lenguaje interno y el externo puede ser complicado, especialmente cuando proponemos estructuras que introducen nuevas distinciones radicales. La razón de esta complejidad radica en que la organización puede no tener términos internos para describir la nueva configuración. Sin embargo, este no suele ser el caso.

Los buenos diseñadores no solo se preocupan por las necesidades de los usuarios y usuarias. Es vital tener la capacidad de comprender todas las fuerzas que dan forma a los objetivos y las estructuras. Esto requiere ser capaces de hablar el lenguaje de las partes interesadas internas y transmitir la relación entre estos términos que las personas usarán para interactuar con los sistemas que diseñamos.

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