Mac OS 8 regresa en su máximo esplendor
Realizar un viaje en el tiempo puede ser más sencillo de lo que pensábamos. A través de ciertas alternativas se puede navegar por interfaces que solo vivían en nuestra memoria, tal como Mac OS 8.
La afirmación “Todo tiempo pasado fue mejor”, vuelve a relucir con un lanzamiento para los más nostálgicos. Felix Rieseberg, uno de los desarrolladores de la plataforma Slack, ha creado un emulador del sistema operativo Mac OS 8, disponible en macOS, Linux y Windows.
En su interfaz se pueden encontrar diversos programas de Adobe que remontan a aquellos años; por ejemplo, Photoshop 3 o Illustrator 5.5. Si bien, en la actualidad contamos con una oferta de software superior a las de antaño, recordar o conocer estas alternativas es sumamente gratificante para algunos usuarios.
La magia del pasado
Bajo el nombre de macintosh.js, este emulador de Mac OS 8 presenta una serie de opciones para navegar por un sistema operativo que nos remonta a finales del siglo XX. Los fanáticos de Apple podrán gozar de una experiencia única y de manera totalmente gratuita.
Además, cuenta con una grata sorpresa para quienes deseen disfrutar de juegos clásicos de antaño. Entre estos podemos hallar a: Oregon Trail, Civilization II, Dungeons & Dragons, entre otros.
Inclusive cuenta con la alternativa de traspasar archivos desde el emulador hacia nuestro equipo y viceversa.
Sin embargo, no posee acceso a Internet, por lo que no se podrá explorar las profundidades de la web en los 90’s. Aunque, se encuentran disponibles navegadores como Internet Explorer y Netscape para indagar en sus interfaces.
Ante esta gran novedad, una pregunta que puede surgir es: ¿Se recomienda Mac OS 8 para un uso intensivo? Rieseberg, su creador, afirma lo siguiente:
“Probablemente no. Esto es un juguete, no es la mejor ni la forma más eficaz de emular una vieja Macintosh. Sin embargo, es una forma rápida y fácil de experimentar un poco de nostalgia si no estás buscando algo serio”.
Rememorar o conocer un sistema operativo como Mac OS 8 puede ser bastante beneficioso. Diseñadores y usuarios pueden descubrir cómo han evolucionado las interfaces que usamos diariamente y las mejoras que hoy se han hecho parte de lo cotidiano. Mirar hacia el pasado nos puede indicar lo que nos deparará el futuro.
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