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Somos un equipo de trabajo, no una familia

Con la exigencia del deporte profesional

El éxito de Netflix es evidente a ojos de cualquiera, sean expertos digitales o consumidores sin mayor conocimiento. Esto porque fue capaz de transformar un mercado donde la piratería era la regla general y la rentabilidad de contenido de entretención se desvalorizaba cada día más. Algo que a todas luces era absurdo ya que cada vez más gente está interesada en películas, series y cualquier relleno para horas de ocio. Fue en este escenario donde Netflix aprovechó la oportunidad y cambió el arriendo de contenido online para siempre, obligando a la competencia a imitar su catálogo adaptado para cualquier suscriptor por una módica suma mensual.

Junto a la toma de decisiones estratégicas y la creatividad de una propuesta innovadora, gran parte del éxito de las ideas disruptivas transitan en la conformación de equipos de trabajo profesionales de alto valor. Netflix ya dio señales en esta dirección a través de la presentación de Netflix Culture: Freedom & Responsability, donde entregó lineamientos dignos de imitar por las empresas que buscan el éxito en mercados competitivos.

Siete aspectos de la cultura organizacional de Netflix

¿Qué podemos aprender acerca del éxito de Netflix y su cultura organizacional?

En primer lugar hay que superar la idea de equipo de trabajo como una familia. Nada más fuera de la realidad, por varias razones. En primer término, no existen lazos de sangre en las empresas modernas y, por otro lado, a nadie le pagan por ser parte de una familia. Además, al emular este concepto se cae en la trampa de tratar a los empleados más como niños que como adultos responsables de sus actos.

La clave está en construir confianzas, tal como sucede con las relaciones entre clientes y proveedores de servicios. En IDA intentamos asentar este punto en la capacidad de delegar objetivos y no solo tareas específicas, asignando responsabilidades por los plazos e hitos impuestos de común acuerdo.

El giro ocurre al entender al grupo de trabajo como un equipo deportivo de alto rendimiento. Los entrenadores de fútbol son líderes de campañas con exigencias a corto plazo, demandantes y altamente competitivas. El éxito o fracaso está marcado por un punto inamovible en el horizonte (una copa), lo que obliga a estar en constante reinvención si este no es alcanzado.

La Copa del Mundo como caso de estudio

Es común tomar a la ligera espectáculos por la cantidad de público que convocan o su carácter distractivo. Un evento como la Copa del Mundo no debe subestimarse, de ahí pueden extraerse enseñanzas clave para la gestión de una cultura organizacional y el éxito de una estrategia de negocios incluso en plataformas digitales.

En Entrepreneur destaca un artículo sobre las enseñanzas que deja la Copa del Mundo para emprendedores y la gestión de equipos de trabajo. La consagración de Alemania como campeón da luces sobre la perseverancia de una planificación a largo plazo y el entender la derrota como un aprendizaje fundamental para lograr el triunfo.

¿Cuáles son las enseñanzas que podemos extraer del campeón del Mundo?

¿Cómo andamos por casa?

Muchas de las enseñanzas sobre cultura organizacional en empresas disruptivas las aplicamos en IDA, algunas con más impacto que otras. Además de incentivar la asignación personal de objetivos, plazos e hitos, buscamos que en nuestro equipo se desarrolle un profesional integral, que sea capaz de responder en su área y entender lo que realiza su compañero.

Por otro lado, incentivamos una cultura del error basada en proyectos internos innovadores que recrean los escenarios para luego aplicar la experiencia con nuestros clientes. Es en este punto donde la equivocación es tomada como un aprendizaje enfocado en el mejoramiento continuo, porque sin optimización nunca se llegará al alto rendimiento.

En conclusión, los valores de IDA deben ser transversales a la empresa, a los empleados y también al empleador. Más aún cuando existe un correlato entre los valores y los hábitos de trabajo propios del día a día, lo que significa en pocas palabras “ser y también parecer un profesional”.