ISO 9241:2010, estándar internacional para la industria digital

Las ISO son normas internacionales creadas por la International Organization for Standardization (Organización Internacional de Normalización) con el objetivo de facilitar el comercio mundial.

Estas normas establecen estándares comunes entre países para la creación de productos y servicios, resguardando al mercado de seguridad, fiabilidad y calidad.

Por ejemplo, en el caso de que una empresa quiera demostrar al mercado que cumple con estándares de calidad, esta debe certificarse bajo la norma ISO 9001. Esta intención se traduce, a grandes rasgos, en:

1. Acceder al documento de la norma a la ISO correspondiente.
2. Levantar los procedimientos y documentación que la norma establece en los procesos productivos dentro de la organización.
3. Acudir a una casa certificadora, autorizada por la ISO en cada país.
4. Solicitar auditoría, en la cual un auditor líder va la empresa y revisa que cada punto establecido por la norma se cumpla.

Si se cumple todo a cabalidad, la casa certificadora entrega la certificación a la empresa, la cual debe renovarse cada cierta cantidad de años. Si existen brechas, se le entrega a la empresa un periodo de tiempo para mejorar los puntos auditados no cumplidos.

Con el sello de una norma ISO una empresa puede:

• Mejorar sus procesos productivos, alineando a los equipo de trabajo de la empresa.
• Generar ventaja comparativa respecto a empresas que no estén certificadas.
• Generar confianza en el mercado respecto a sus productos y servicios.
• Facilitar la introducción a nuevos mercados
• Asegurar la protección del consumidor final

Las normas ISO y la industria digital

Nuestra industria no está ajena a las exigencias de los mercados internacionales. Frente al desarrollo del rubro digital en el mundo, en la década de los ochenta se creó la primera norma relacionada con requisitos ergonómicos para el trabajo de oficina con terminales de representación visual.

A finales de los noventa, en 1999, se estableció la norma ISO 13407:1999 sobre “Procesos de diseño centrado en humanos para sistemas interactivos” (Human-centred design for interactive system) cambiando su foco y estructura en línea al desarrollo de nuevas las tecnologías.

Sin embargo, los cambios acelerados de la industria obligaron al comité a adecuar la normas 13407 en el año 2009, generando la nueva norma ISO 9241:2010.

En esta adecuación se deja de utilizar la palabra “recomendación” para comenzar a hablar de “requisito”, advirtiendo además, la relevancia del concepto de experiencia de usuarios para el futuro de la industria.

Entre los cambios más relevantes se encuentran:

• Clarificar el papel de la iteración en todo el proceso de diseño (no sólo la evaluación).
• Hacer hincapié en que los métodos centrados en humanos se pueden utilizar durante todo el ciclo de vida del sistema.
• Explicar las actividades de diseño.
• Aclarar los principios de diseño centrado en el ser humano.

Es importante señalar que existen otras normas que son relevantes para el área de la experiencia de usuarios que están aún vigentes. Estas son la ISO 9241-171: 2008, sobre orientación para software de accesibilidad, y la ISO/IEC 25062, sobre formato común para los informes de pruebas de usabilidad.

Ventajas de implementar la ISO 9241:2010

Adoptar una norma ISO en cualquier contexto no es fácil, sobre todo cuando hablamos de cambio en la cultura de trabajo de una organización. Sin embargo, trae muchos beneficios. La aplicación del estándar o su utilización como guía de trabajo permite, entre otras cosas:

• Mejorar los procesos y flujos de trabajo entre equipos de trabajo.
• Mejorar el entendimiento entre miembros del equipo, al establecer criterios y lenguajes comunes.
• Utilizar la norma como criterio y argumento en decisiones críticas del desarrollo de proyectos.
• Aumentar la credibilidad de la empresa o los equipos frente a los mercados.
• Utilizar la norma como un diferenciador real de ventaja competitiva y metodológica.

La utilización de una norma no debe ser vista como una limitante en los procesos de trabajo. Estos estándares deben entenderse más bien como una base común que alinea las metodologías propias con normas internacionales.

De esta forma, podemos alejar cada vez más los criterios personales en el desarrollo de proyectos digitales, generando mayor credibilidad en los mercados.